Aunque inicialmente nos parezca un sinónimo de la palabra envejecido, los alcoyanos utilizamos el término auelat para describir un estado de ánimo muy especial de ámbito estrictamente local. La auelamenta tiene poco que ver con el deterioro físico y con los efectos del paso de los años. La auelamenta es una actitud general ante la vida; una dolencia de difícil curación, que convierte a personas valientes y decididas en tipos pusilánimes y miedosos.
Pregunta importante: ¿cómo podemos distinguir a un auelat de una persona normal?. Ahí van algunas pistas: el auelat es ese tipo que pide manzanilla cuando sus amigos toman una cerveza, tiene una preferencia especial por los jerseys de pico y los pantalones de tergal con raya, va al mismo barbero de toda la vida y se cubre la calva con una cortinilla de pelo que no engaña a nadie.
Otro interrogante importante: ¿hay alguna edad especial para el auelat?. La respuesta es un rotundo no. En Alcoy, tenemos auelats de todas las edades y condiciones sociales: niños repipis que hablan como señores de 50 años, jóvenes serios y responsables que acompañan todas las tardes a sus octogenarias madres a tomarse una horchata en la Plaça de Dins y tíos machuchos con una edad indeterminada situada entre los 55 y los 80 años.
Aunque nos hallamos ante una dolencia grave, hay que subrayar que la auelamenta tiene cura. Para salir de este estado de vejez mental es importante airearse, salir de marcha con los amigos, ir de vez en cuando al cine y olvidarse de la nefasta costumbre de irse a dormir cuando acaba “El Intermedio”.
NOTA: Algún día, esta sesuda publicación hablará del concepto auelaes como forma de expresión verbal.