El coto y cau, deporte nacional de los alcoyanos, ha dejado una inacabable lista de palabras que han sido incorporadas al lenguaje cotidiano de la ciudad. Una de las expresiones más usadas es “bac y limpia”, que refleja una de las jugadas más gratificantes (para el que la hace, no para el que la sufre) del cau y que se ha incorporado al habla diaria como una expresión parecida al castellano hacer tabla rasa, pero cargada de dobles sentidos y de un puntito de dramatismo y de mala leche.
En alcoyano normativo se puede afirmar que los bárbaros del Norte hicieron bac y limpia con el Imperio Romano. También se puede utilizar esta construcción para referirse a los destrozos que hizo Gengis Kan por todo el mapa de Asia y para describir los efectos de la irrupción de Hernán Cortés en la civilización azteca.
Además de usarse para las descripciones históricas, los alcoyanos tenemos una irrefrenable tendencia a gastar esta metáfora cotera para casos de estafas, desfalcos y todo tipo de apropiaciones indebidas más o menos indecorosas. Si un tipo se escapa a la Riviera Maya con el dinero del montepío de la filà, decimos de él que ha hecho bac y limpia, reforzando esta segunda palabra para dejar bien claro que no ha dejado ni un puñetero euro en este fondo de reserva económica. La política valenciana está llena de tipos que en su día hicieron bac y limpia en sus diferentes departamentos de gobierno. Eran fervientes practicantes de esta modalidad arrambladora personajes de la talla de Eduardo Zaplana, Alfonso Rus, Rafael Blasco o los Cotino. Todos ellos tienen en común su habilidad para limpiar la caja pública y dejarla llena de telarañas tras dar unos cuantos golpes (bacs) bien dados.
Estamos, sin ningún género de dudas, ante una comparación especialmente afortunada. Cuando hace un bac y limpia el jugador de cau deja la mesa vacía de cartas y encima se lleva tres pintadores. Los practicantes del bac y limpia metafórico hacen poco más o menos lo mismo: dejan hecho un solar el sitio en el que han centrado sus prácticas delictivas y suelen llevarse un suculento botín económico.
NOTA IMPORTANTE: He aquí una buena muestra de bilingüismo alcoyano. Aunque algunos militantes de la normalización del valenciano han impulsado la implantación del término “bac i neta”, la iniciativa se ha saldado con un rotundo fracaso, ya que los jugadores de cotos encuentran una extraña y reconfortante contundencia en el uso de la palabra limpia.