La escatología es un elemento importante en el lenguaje de los alcoyanos y se utiliza como un instrumento efectivo para reforzar determinados conceptos. Dentro de esta línea lingüística figura con todos los honores el término boira pixona, referido a un tipo particular de niebla que te cala como una lluvia fina. Sí, exactamente como si alguien nos meara desde las alturas.
Meteorológicamente, la boira pixona está a mitad de camino entre la niebla de toda la vida y las precipitaciones leves de lluvia. Se trata de un fenómeno atmosférico muy molesto: la gente sale de casa sin paraguas y en cuestión de minutos acaba calada por una sucesión de gotitas de agua imperceptibles.
Hay que tener cuidado en no confundir la boira pixona con la boira pixorra. Es esta última un tipo de niebla especialmente estúpida, que carece de fundamentos meteorológicos claros y que se presenta de forma inesperada y molesta. Ejemplos proverbiales de boira pixorra son esos pequeños bancos de niebla que aparecen de buena mañana en algunos tramos de la carretera entre Alcoy e Ibi y que dejan a los conductores sin visibilidad para sorprenderlos en cuestión de segundos con un sol brillante.
El uso de la orina para comparaciones metafóricas está muy extendido en Alcoy. Cuando el agua de una piscina está calentita, lo normal es afirmar que está “com el pixum”. Se utiliza este mismo recurso idiomático para referirse a las cervezas calentorras y desbravadas o a los cafés tibios y poco cargados servidos por un camarero incompetente.