Caixco es la forma que los alcoyanos usan para denominar a cualquier envase de vidrio que se utiliza para contener y transportar líquidos. Lo que en castellano vendría a ser el casco de toda la vida y en catalán el casc. El origen de la palabra según el profesor de Lengua y Literatura del IES Pare Vitoria, Alan Brito Delgado, se remontaría a la aparición de los primeros refrescos embotellados en la ciudad, allá por los años cincuenta, ya que hasta ese momento siempre se había hablado de botellas, ampolles -en el caso de los catalanoparlantes- o barrelets.
La palabra, según el profesor Brito, sería el resultado de la fusión de la raíz ‘ca’ (de casco o casc, de origen probablemente celta) el sufijo ‘ix’ (también llamado sufijo sincrético alcoyano o sufijo del hecho diferencial) más la terminación ‘co’ que tanto podría a hacer referencia a las iniciales de la marca del refresco de cola como a las posibilidades de reutilización del envase antes de que se inventara el reciclaje y el término ‘eco’. De ahí la ausencia de la e. Este concepto de caixco hizo fortuna en la lejana época de los envases retornables: «Son doce pesetas por la Coca cola y una por el caixco».
Al igual que ocurre en otras lenguas el término caixco también desgina cualquier objeto que, no siendo sombrero, tricornio ni pamela, cubre la cabeza de las personas con la intención de resguardarla: caixco de motorista, de bombero, de soldado o caixcos blaus (que tanto puede referirse a las fuerzas de pacificación de la ONU como a los envases azules del agua ‘Solán de Cabras’). También se denomina caixco al secador de pelo utilizado para conseguir el típico cardado alcoyano en forma de caixco de astronauta; y a los auriculares de dimensiones considerables (‘Me he comprat uns caixcos Sennheiser’)
Y, por supuesto, la pieza de la armaduras medievales que cubría las cabezas de los guerreros y que es evitado – como la peste- por los festeros del bando cristiano. Por extensión, en ocasiones, también se denominan así a los distintos elementos que cubren las testas de las huestes de la media luna (el caixco dels Abencerrajes) aunque, en este caso, conviven con la palabra turbante y con la expresión ‘eixa cosa en forma de coca boba que tens damunt del cap’.
Otros derivados de la palabra caixco muy utilizados por los alcoyanos son el sustantivo caixcaor (referido a personas) y el verbo caixcar que, contrariamente a lo que pueda parecer no hace referencia a la acción de fabricar -o cascar- cascos, sino al sujeto que va de un sitio a otro sin parar de hablar ni molestar machacando -eso sí- las pelotas de sus semejantes.
ATENCIÓN. Cuando el verbo caixcar se presenta en su forma reflexiva (caixcar-se-lo o caixcar-se-la) la palabra se convierte en antónima de sí misma y en lugar de hacer referencia a un frasco o contenedor de líquidos anuncia derrame de flujos mediante de la estimulación de órganos genitales o zonas erógenas con la mano o por cualquier otro medio.
Eskerri caixco
En els seus temps, el cambrer del Sindicat ens indicava: «xavals, feu el favor de tornar-me els caixcos de les coques-coles» (amb doble plural fantàstic)