El lambdacismo (que no tiene nada que ver con Alfredo Landa) es un fenómeno fonológico que se produce al confundir los fonemas líquidos [r] y [l] y que está muy extendido en el español caribeño. Ejemplo: Cierra la puelta mi amol, Quieres hacel el favol de callalte pol favol, etc.
No queda claro – al menos yo no lo tengo claro – qué circunstancias provocaron que dicho fenómeno lingüístico diera el salto trasatlántico, si fue porque lo trajeron los bisabuelos que participaron en la guerra de Cuba o por el creciente intercambio de fonemas líquidos y otro tipo de fluidos entre caribeños y alcoyanos. En cualquier caso, el hecho incuestionable es que lambdacismo en un momento dado aterrizó en Alcoy y habitó entre nosotros. Lo cual dice mucho del carácter abierto y hospitalario de la ciudad pero, como contrapartida, provoca no pocas confusiones entre sus hablantes.
Tomemos un ejemplo al azar: el verbo celebro (de celebrar) en concreto la primera persona del singular -en valenciano celebre- muy utilizado por los más viejos del lugar para mostrar o sentir agrado por alguien, añadámosle el lambdacismo que, estos mismos ancianos, aplican a la palabra cerebro (en castellano) o cervell (en valencià) y ya tenemos la confusión servida.
Qué querrá decirnos el señor Antulio cuando nos cruzamos con él en el puente del Viaducto nos tiende una mano y nos dice celebro o celebre. ¿Se alegra de vernos? ¿Nos invita a un acto formal que va a celebrar con las solemnidades que este requiere? ¿Nos informa que, como casi todos los mamíferos, tiene encerrado en la cavidad craneal un órgano que forma parte central de su sistema nervioso y que, aparentemente, se encuentra en perfectas condiciones? O acaso ¿nos piropea calificándonos de personas sobresalientes?
La cosa se complica si el señor Antulio se viene arriba y nos habla de celebro electrònic (¿Una felicitación en formato digital?), de celebro gris (¿La celebración de un acto festivo pero poco festivo?), de rentar el celebro (¿Poner al baño maría la página del diccionario donde aparece la acepción ‘celebrar’?), de fuga de celebros (¿De un grupo de personas que participan en una celebración huyendo despavoridos?) Y cuando se refiere a uno a qui se li ha secat el celebro ¿se referirá a alguien que ha perdido su capacidad de celebrar?
RECOMENDACION. Para evitar toda esta serie de incómodos malentendidos se recomienda el uso del verbo celebrar para todas aquellas situaciones que tengan que ver con alegría y fiesta y del sustantivo cerebro o cervell cuando se refieran a la materia gris alojada en la cabeza.