Las palabras secuela, o dobles derivadas, son aquellas que dando un salto mortal sobre sí mismas se convierten en una versión de lo que ya era una versión de la palabra original. Este es el caso de cormull, palabra que deriva de la catalana caramull, y a su vez de alguna de sus variantes como corumull, crumull y cormull; y que designan al contenido que sobresale de los límites del recipiente que lo contiene. Exceso que, en Alcoy en ocasiones también recibe el nombre de xorrà o xorraeta.
La etimología de caramull no está clara pero todo apunta a que es el resultado de un proceso evolutivo ocurrido durante siglos a partir a de la palabra latina cŭmŭlu (acumulación) de cuyo diminutivo cumulull por rotacismo se habría pasado a cumurull, por metátesis a curumull y por disimilación a caramull. Aunque bien pudiera ser que todo hubiera ocurrido en una noche de entraetes de finales del siglo XIX comienzos del XX, entre dos festeros, uno disléxico sin diagnosticar y el otro duro de oído diagnosticado que, con el café licor actuando como catalizador, habrían conseguido pasar de cŭmŭlu a cormull en tan solo unos minutos, creando de paso la castellana caramujo.
En cualquier caso cormull, o corumull es el protagonista de una de las frases hechas más utilizadas en Alcoy, bien en su versión académica, recogida en el prestigioso Diccionari català-valencià-balear Alcover-Moll: ‘No en vull, no en vull, el plat a corumull’; bien en la versión más popular: ‘No en vull no en vull un sac de cormull’ que en ambos casos es la versión aborigen del ‘no querías caldo, ¡pues toma dos tazas!’ que se utiliza cuando alguien debe tragar con algo que no deseaba.
NOTA ETNOGRAFICA DE INTERÉS.- Uno de los principales difusores del vocablo a mediados de los años 80 del siglo pasado fue Juan Valdez con sus apariciones televisivas en las que se hacía acompañar de la mula Conchita que caminaba como podía por los estrechos pasos de los Andes cargada de sacos llenos a cormull de puro café colombiano. Que no fuera otra cosa.