Una de las familias léxicas más emblemáticas, entrañables y trascendentes de la lengua alcoyana es la que forman el grupo de palabras falta, faltar, falto (sin acento) y faltó (acentuado). Todas comparten el mismo lexema o raíz y por lo tanto trasmiten un significado parecido aunque con importantes matices que seguidamente trataremos de explicar.
Comencemos por el verbo faltar que en alcoyano estándar además de compartir el significado de ausencia del castellano y catalán lleva esta ausencia al último extremo. Literalmente. De manera que, cuando un alcoyano falta o ha faltat no solo es que ha dejado de asistir a una determinada cita sino que, con toda probabilidad, no volverá a asistir nunca a ninguna más puesto que ya se halla en el camino hacia la luz. Así que lo más recomendable es borrarlo de nuestros contactos y abstenerse de invitarlo en lo sucesivo.
¿Entonces – se preguntarán ustedes- si los alcoyanos utilizan la palabra faltar para denominar una ausencia eterna qué palabra utilizan cuando la ausencia es temporal? Muy fácil. Recurren a falta si la ausencia se refiere a una característica (A Juanito li falta una bullida) cualidad (A Elisín li falta un regó) u cosa (A Elisín i a Juanito els falta una caixa de condons) cuando no se refiere al hecho de no producirse la menstruación debido al embarazo (Elisín ha tingut una falta).
En cambio si se trata de la ausencia temporal de una persona se utiliza el sustantivo falto. (Jeremies no ha vingut avui al ‘ensaio’ ha fet falto. No confundir con faltó (acentuado) que hace referencia a la persona que acostumbra habitualmente a faltar, no porque sea cataléptico o tenga por costumbre fallecer con frecuencia, sino porque trata con desdén o desconsideración a otras personas. Lo cual además de ser característica de gente con flato, en caso de reiteración, puede acabar llevando al susodicho a faltar debido a la reacción violenta de alguno de sus damnificados y/o faltados.