‘Gamell’ es la manera que muchos alcoyanos tienen de denominar al mamífero cuadrúpedo de cuello largo, cabeza proporcionalmente pequeña y dos gibas en el dorso que en castellano se denomina camello y en catalán y lenguas afines (valenciano, mallorquín, lapao, ibero, etc.) camell. No confundir con la persona que vende drogas tóxicas al por menor.
Esta cuestión se ha mantenido como uno de los principales enigmas lingüísticos del siglo XXI llevando de cabeza a numerosos investigadores ¿Por qué en Alcoy a diferencia del resto del territorio catalano-parlante se sustituye la ‘c’ por la ‘g’ en la denominación de esa entrañable presencia que anima la noche de Reyes Magos? (La Cabalgata si nos referimos al animal y el resto de la velada si no referimos al otro). Los especialistas en el tema apuntan a tres teorías.
a) Teoría del linaje. Según esta teoría la causa estaría en Pere Gamell, miembro del linaje Gamell con casas en Girona y Barcelona que habría acompañado a Jaume I en la Conquista de Valencia y que, posteriormente, habría sido recompensado por el rey Conquistador con territorios en la huerta de Alcoy como agradecimiento a sus servicios en el suministro y menudeo de pócimas, bebedizos espirituosos y hongos alucinógenos a las tropas cristianas. El hecho que el tal Pere tuviera un prominente joroba, como señalan las crónicas, explicaría la traslación del vocablo de la persona al animal.
b) Teoría etimológica. Aventura que el equivoco se debe al alto indice de población de origen judío entre los habitantes de Alcoy. Puesto que la palabra camello proviene del hebreo ‘gamal’ los alcoyanos se limitarían a preservar la tradición en la denominación del vocablo que, al fin y al cabo, es lo que mejor se les da.
c) Teoría del hecho diferencial. Aprovechando que en la ciudad Gaspar es representado como el rey negro, al contrario que en el resto del orbe conocido, esta teoría postula que para reforzar este hecho diferencial en algún momento, a comienzos de siglo XX, al camello de Gaspar se le habría empezado a llamar gamell (por la G de Gaspar). Posteriormente la cosa se habria ido liando y al final, cuando ya nadie supo si el negro era Baltasar, Gaspar o Melchor, o si alguno de los tres era de origen vietnamita, todo el mundo empezó a llamar a los animales como le vino en gana, con el desafortunado resultado que todos conocemos.
RECOMENDACIÓN: Para evitar problemas en lugar de ‘camell’ o ‘gamell’ utilice dromedario.
Bo, en realitat la denominació té causa pronominal enclítica: gam-ell (masculí) i gam-ella (femení). Ho vaig llegir l’altre dia. Espere haver contribuït un poc amb aquest tan modest aclariment.
No n’estic massa segur, però jo diria que la gent sí que sol distingir en la parla al «gamell» (animal) del «camell» (traficant)