L’astacà, (no confundir con l’estaca que es un objeto metafórico que si lo estiras por aquí y por allá seguro que cae y -como hemos podido observar- al poco se vuelve a levantar) es una expresión genuinamente alcoyana formada por las palabras castellanas estocada (golpe que se da con la punta de una espada o estoque así como la herida que resulta) y estacazo (daño o quebranto), la mallorquina estocada (acto de quitar mucho de una cosa) y la catalana estacada que, como su propio nombre indica, es el golpe dado con una estaca.
De manera que l’astacà para un alcoyano vendría a ser como una estocada aguda y punzante a la altura del bolsillo tan contundente como una estaca que provoca derramamiento de haberes y produce dolor y quebranto en el cash flow, o efectivo, del individuo.
La expresión habitualmente suele emitirse al final de un ágape o celebración y suele ir precedida de la pregunta ‘¿mucho es?’, para solicitar la cuenta. Pregunta que también tiene su aquel porque como se realice fuera del ámbito lingüístico alcoyano puede resultar confusa e indescifrable para el destinatario. Y en consecuencia el camarero igual puede responder informando del importe de la cuenta que con un ‘musho beti musho beti es es’.
Una vez superado este inconveniente y con la cuenta en poder del solicitante, si el monto es proporcional a la cantidad y calidad de los ingredientes consumidos el asunto se zanjará sin más tras un juego de exhibición / ocultación de billetes y/o tarjetas de crédito entre los machos alfa del grupo mientras se escuchan expresiones como: ‘No, hui em toca a mi’, ‘En Alcoi pague jo’, ‘Em xorren els diners’ o ‘Els teus diners ací no valen’, aunque sean euros de curso legal.
Pero si el importe totalizado excede lo previsto o resulta desproporcionado respecto a lo consumido el comensal que ha recogido la cuenta, en cuanto el camarero se de la vuelta, exhalará un ‘Mare de Deu, quina astacà…’ arrastrando la ‘s’ alveolar como si se tratara de una serpiente de cascabel, deteniéndose de manera súbita abrupta en la k con un sonido oclusivo y sordo, y rematando la faena con un ‘ens l’han clavat fins el moll de l’os’.
Expresión que sin duda provocará que algunos comensales tengan, en ese mismo momento, la sensación de que están siendo atravesados, desde el recto hasta la misma boca del estomago, por una estaca puntiaguda en forma de nota. Una dolorosa maniobra que además les dejará con una extraña sensación de desasosiego que perdurará durante el resto de la noche y que no conseguiría aliviar la acción vasoconstrictora de cien tubos de Hemoal.
MOLT BO. Jjjjjjj….
Ay! Una ves, en Venesia, demanamos, y aquí qué tienen de taritas? No tenían nada, y nada más por las servecitas y una fanta de llima con cobitos, nos arrear on una estacà que pa qué te quiero contar…ay!!!
(Muchas grasias por dejarme contarlo)
Molt bo!
I el comentari de Yusuf-Al-Mondiga també! 🙂