Palabra de hondas raíces agrarias, que sirve para definir a personas de mal carácter, amantes de los conflictos y empeñadas en llevarle la contraria al mundo. Inicialmente, el concepto rebordonit se inventó para describir a aquellas plantas o especies vegetales que no alcanzan su pleno desarrollo y que presentan un aspecto ajado y poco atractivo. Trasladar esta singular situación al género humano era una tentación imposible de resistir y al final, hemos acabado por crear un amplio catálogo de gentes rebordonidas que se encargan de amargarnos la vida.
Si el Barça es más que un club, el rebordonit es mucho más que un borde. Rebordonirse es mantener una actitud displicente y cabreada ante la vida. Si el borde es protagonista de momentos puntuales de mala follá, el rebordonit impregna todos sus actos con un sentimiento de rechazo y de descalificación, que lo hacen especialmente molesto a todos sus semejantes. Los integrantes de esta singular cofradía son capaces de encontrar la parte negativa de cualquier acontecimiento, por muy alegre y festivo que éste sea. Son algo parecido a los resabiados o a los revoltosos del castellano, pero dotados de una carga suplementaria de bilis y de malas artes intelectuales.
Para ser un buen rebordonit hay que ejercer una rebeldía estéril y virulenta a lo largo de las 24 horas del día siete días a la semana. Si se nace en una familia de honda raigambre cristiana, es menester convertirse en un ateo furibundo afiliado al más salvaje de los partidos de la ultraizquierda extraparlamentaria. Si se acude a alguna conferencia o acto público, se ha de aprovechar el turno de ruegos y preguntas para dejar como un trapo al conferenciante. Si se va a ver una película, hay que ponerla a parir por mucho que la crítica haya coincidido en calificarla de obra maestra. Si Nadal gana su 21 gran slam, hay que atacar con furia al tenista mallorquín, acusándolo de mantener una insana amistad con el Rey Emérito.
Las tertulias de la tele están llenas de tipos avinagrados que se ganan cojonudamente la vida ejerciendo de rebordonits. Esta misma palabra se puede usar para describir la inacabable lista de villanos que llena la historia del cine, personajes como el Doctor Maligno -empeñados en destruir el mundo para llevar su rebordonimiento hasta las últimas consecuencias- son un perfecto ejemplo de esta atípica y desagradable especie humana.