Senllace, también pronunciado sentllase o centllase, cuando no se refiere a Senllace Sánchez Salazar que es una joven política mexicana del Partido Sinaloense (PAS) que se presentó a diputada por Navolato con el eslogan ‘Amor por Navolato y Sinaloa’, és una palabra de uso común en los valles del Serpis y del Clariano que, unida a los verbos dejar (l’han deixat fet un senllace) ser (estas fet un senllace) o ir (vas fet un senllace), define al sujeto que se encuentra en un estado físico lamentable debido a sus múltiples heridas y/o contusiones.
Senllace, además, es una de las muchas palabras ‘rasca y gana’ de la lengua alcoyana en las que, a poco que el oyente rasque, puede descubrir un significado oculto. En el caso de senllace es fácil adivinar que tras “sen” se oculta el sustantivo sant y tras “llace” el nombre propio Llàtzer. De modo que senllace vendría a ser Sant Llàtzer en versión normativa.
Pero la verdadera cuestión és: ¿qué le pasó al tal Sant Llàtzer, o San Lázaro en castellano, para ser considerado el paragón humano del siniestro total? Hay dos posibilidades. La primera es que la expresión haga referencia al San Lázaro patrón de los mendigos, leprosos y todos aquellos que padecen ulceras o enfermedades de la piel. Y hay otra que apunta a que, podría tratarse de Lázaro de Betania, el amigo de Jesús al que éste resucitó tras llevar cuatro días muerto y enterrado. En cualquier caso, sea quien sea el Lázaro, lo cierto es que ambos cuentan con currículo suficiente como para representar el deterioro físico en su máxima expresión.
NOTA DE POSIBLE INTERÉS HAGIOGRÁFICO.- El equivalente espiritual al físico Sant Llàtzer és San Amaro (cuyo nombre proviene del latín amargo) nombre que ya apuntaba por donde iban a ir los tiros y que fue un abad y navegante que realizó un ajetreado viaje por mar hasta el Paraíso Terrenal protagonizando más aventuras y desventuras que Willie Fogg, Ulises y Marco Polo juntos. De aquí la bizarra expresión alcoyana “pasar-les més putes que Sant Amaro”.