Ojo al parche. Nos encontramos ante una palabra cuyo significado está (aparentemente) muy claro, pero que en el habla cotidiana de Alcoy admite múltiples usos, algunos de ellos endiablados y cargados de significados ocultos. Inicialmente el concepto xicon o xicona sirve para definir esa etapa de la vida humana denominada juventud, que separa la niñez de los rigores de la edad adulta. Hasta la propia fonética nos lo dice: un xiquet o una xiqueta pasan a ser xicons o xicones conforme van creciendo en tamaño y cruzando la frontera imaginaria de la edad del pavo.
Expertos lingüistas internacionales han coincidido en señalar que las confusiones generadas por el uso de la palabra xicon/xicona proceden de la inveterada resistencia que tienen los alcoyanos a admitir el paso del tiempo y los estragos de la edad. Alcoy es una de las pocas ciudades del mundo en las que se puede oír a una nonagenaria que dice que ha quedado con les xicones para tomarse un café en el Blau, siendo las susodichas xicones un grupo de ancianas venerables que guardan una estrecha relación de amistad desde los años de la posguerra, cuando por la calle San Lorenzo circulaban coches con gasógeno. Tampoco es raro escuchar a un señor de 80 años contarle a los amigos que “el meu xicon” pasará a recogerme con su coche para llevarme a la playa, siendo “el seu xicon” un individuo de unos 56 años, que presenta graves problemas de alopecia y de próstata, así como un alarmante sobrepeso que en nada se parece a una silueta juvenil (léase xiconil).
Si abandonamos las cuestiones psicológicas y pasamos a la sociología, nos encontramos con otra de las causas del abuso de la palabra xicon. La tendencia de los hijos a marcharse cada vez más tarde de casa de sus padres genera muchas confusiones y nos encontramos con tipos de 35 años que siguen siendo xicons, porque viven exactamente igual que cuando tenían trece. Lingüistas de varias universidades han hecho una interesante propuesta al respecto: estos presuntos jóvenes serán calificados como xicons hasta que cumplan los 40 años, una vez superada esta edad podrán usarse otros conceptos gramaticales para definirlos, como parásitos o gorrones.
