Al grito de: Toma Jeroma!!! las señoras pertenecientes a ADITAF estallan de alegría significando, no sin cierto recelo todavía, que: Ja era hora…, no? Pues sí, la noticia, no por ansiada, ha resultado menos jubilosa para todas las asociadas, y mujeres en general.
Ni más ni menos, ni menos ni más: por fin se ha sabido que «cada curso festero, y por turno rotatorio de ejemplar cumplimiento habrá, en la Entrada Cristiana de esta Villa y Corte, un Mossen Torregrossa (años pares) y una Sor Torregrossa (años impares), para cumplir con la tradición finisecular y con las leyes de la gravedad que imponen la igualdad sin fisuras ni pretextos…), según pronunciamiento de los señores que más mandan, y a través del pico fino de uno de entre ellos que ha salido a hacer de portavoz y todo (los ojos muy encarnados…, de tanto llorar? Emoción? Congoja? Cabreo testicular? Retroceso vehemente sin piedad? Ja ens han fotut? Tal vez será un misterio que cueste un poco de resolver, a ciencia cierta.
El asunto parece ser que traerá cola. Por qué? Pues porque habrá que ponerse de acuerdo en qué «tipo» de sor será la encargada de representar al clérigo Torregrossa. Torna-li la trompa al xic…!!! Clamaba, entre columnas, el mandón de ropería, con la faz desencajada, y con los labios amoratados por el tremendo esfuerzo de contención (y por el acuerdo anticagamentos con el que se han conjurado los beneméritos hacedores del folklore y de la tradición centenaria.) I ara què fem? On trobarem un vestit de monja antiga, o faldellins, per a que puguen fer de Sor Torregrossa les dones? Açò s’embruta!!! Sí, sí, vosaltres rieu-se i ja veureu com acabarem…, retronaba Crisóstomo Yagüe Valdecantos (que, aunque natural de Espejo, se ha hecho mucho de aquí.) Para seguir inquiriendo como un relámpago, ahora, ya, en lengua cervantina: cualquier día nos tendremos que meter las pelucas de los heraldos en los…, joé! (ahogando su feroz desbordamiento en un mar de improperios, con causa pero sin término, y anunciando la llegada, tal vez, de un pérfido conflicto.)
Comienza un nuevo «Petrolio», y nosotros sin saberlo? Este periódico de pura invención gelatinosa, puede prometer y promete que «en sabiendo» alguna cosa cierta, llevará a cabo una comunicación con presteza, y sin ánimo de lucro: «tot de baes», porque estamos que lo tiramos.