Me hace especial ilusión realizar esta entrevista a una persona que admiro mucho desde pequeño y que, por las circunstancias que fueren, no se le ha dado el reconocimiento ni la repercusión merecida en nuestra ciudad. Estoy seguro que todos sabréis de quien hablo si me refiero a él como “El hombre de la coleta y las marionetas”. Mi hijo Marc se sigue emocionando a día de hoy con sus actuaciones de títeres, y aunque cada vez sean más escasas, siguen conservando un patrimonio cultural y esa esencia añeja que hace resurgir la intrínseca  inocencia infantil que nunca debería perderse. Es por ello que no he podido evitar realizar esta entrevista para conocer más a fondo a esta persona tan querida y peculiar de Alcoy. Para los que aún no sepan de quien estoy hablando, él es: Alberto Díaz de la Quintana.

CG: Pero, ¿quién es Alberto Díaz de la Quintana? ¿Cómo llegó a Alcoy y porqué decidió echar raíces en nuestra ciudad?

AD: Hace ya unos años hicieron una definición de mí que creo contesta tu pregunta: Alberto Díaz de la Quintana, personaje atípico, mitad bohemio y mitad ejecutivo, que desata odios africanos y adhesiones incondicionales… El que lo escribió me conocía mejor que yo mismo.

Y a tu segunda pregunta, decidí quedarme en Alcoy porque aquí encontré dos cosas: un pueblo con Alma de Artista, y a Pilar, mi compañera de vida, la que cuando decidí dejar el ejército y dedicarme a los títeres, ante el asedio de nuestras familias, que le dijeron os vais a morir de hambre, contestó: «prefiero morirme de hambre al lado de un hombre feliz, que comer todos los días junto a un hombre amargado».

 CG: ¿Cuándo supiste que te querías dedicar al mundo del espectáculo y el entretenimiento?

AD: En realidad, desde que tengo uso de razón, pero la oposición de mi familia era tal, que me ingresaron con solo dieciséis años en una escuela militar, para que se me olvidase «eso del teatro».

 CG: ¿Cuáles fueron tus primeros pinitos? ¿Qué tan difícil fue para ti buscarte la vida para ganarte el pan?

AD: Estando en la Escuela de transmisiones del E.A. nos dijeron de realizar alguna actividad fuera de las castrenses y a mí no se me ocurrió otra cosa que proponer un grupo de teatro. Para mi sorpresa no se opusieron y además me apoyaron… Y así me recorrí, colegios de huérfanos, hospitales militares y estuve dos años compartiendo mi vida castrense con la teatral. Posteriormente pedí destino a Alcoy para huir de la presión familiar y aquí llevo cuarenta y tres años…

 CG: ¿Cómo nació Diamante y Rubí? ¿Quién es Federica?

AD: Ya en Alcoy, en el EVA nº 5, Aitana, un día mí teniente coronel me preguntó por mi actividad teatral y me propuso montar un grupo aquí. Él tenía un hijo adolescente al que le gustaba el teatro y tenia miedo de que se le metiese (palabras textuales) «en una compañía de rojos drogadictos», hay que tener en cuenta el momento (año 1978), sólo hacía tres años que había fallecido Franco. El caso es que la monté y me consiguió un teatro (Las Esclavas) para ensayar y posteriormente me concertó una cita con el director de la obra social de la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia, que cambió mi vida para siempre.

En la entrevista, Casabuena, que era el director, me atendió por pura cortesía, ya que no tenía ninguna intención de contratarme, (un militar de veintiún años, haciendo teatro, no entraba en sus esquemas).

«Teatros hay muchos en la comunidad valenciana, si fuera teatro infantil…», decía. A lo que yo respondí: justo lo que nosotros hacemos (no habíamos hecho teatro infantil jamás). «Ya ya… pero lo que no hay en toda la Comunidad Valenciana es un teatro de Marionetas».

Pues eso ya es el destino, porque mi especialidad, dentro del teatro infantil, son las marionetas. (Yo no había tocado una marioneta en mi vida). Él mas rápido que yo me dijo: «pues el lunes en Bañeres, el martes en Cocentaina, el miércoles en Ibi y el Jueves en Alcoy… ¿Le parecen bien 25.000 pesetas por función?». Yo ganaba 89.900 pesetas por todo el mes en Aitana y me ofrecía 100.000 en cuatro horas… Hay un problema, le contesté: «El problema es que no tienes ni idea», pensó, y luego más tarde (ya amigos) me lo confesó. El problema es que soy militar, he venido a un primer contacto y tengo servicios en Aitana, y hasta el mes que viene no me lo puedo cuadrar. «El 1 el 2 el 3 y el 4…», dijo para no darme tiempo a pensar. Acepté, firme el contrato y me fui directamente a buscar una librería.

Buenos días, ¿tienen libros de marionetas? Necesito urgentemente saber qué es eso de las marionetas. Y así, hasta hoy.

Si me preguntas por FEDERICA te diré que es la bruja mas divertida de la historia de los títeres, ha viajado en primera clase en aviones, tenía su propia identificación (DNI) en la Vuelta Ciclista a España y miles de niños y no tan niños han disfrutado de sus “ocurrencias”.

Nada sería igual sin FEDERICA.

CG: Recordamos la infinidad de locales donde celebrábamos nuestros cumpleaños de pequeños, con música, juegos tradicionales y tu particular función de marionetas. Todavía mantienes algunas de estas celebraciones, como las comuniones o fiestas privadas o tematizadas. Suponemos que los novedosos parques de bolas tuvieron algo que ver en la decadencia de este tipo de eventos. Los tiempos cambian y toca renovarse o morir. ¿Crees que cualquier época pasada fue mejor?

AD: Fuimos pioneros en Locales de Cumpleaños. Fue una época muy bonita, y sí, los parques de bolas influyeron en el cierre de ésta etapa. Hay que adaptarse a los nuevos tiempos, siempre.

CG: Tienes tres hijos y otros tantos nietos. Con Bea por ejemplo, apostate fuerte como disc-jockey e incluso  llegó a sacar un disco. Ellos te han ayudado mucho en tu día a día y han crecido entre bambalinas. ¿Te gustaría que alguno de  ellos siguiera tus pasos?

AD: Beatriz con cuatro años ya hacia radio conmigo en Radio color y posteriormente en Radio Alcoy protagonizó «SER PEQUES» el programa más peque de la SER. Estudió periodismo en Madrid y, desde que acabó la carrera, trabaja en Televisión y vive allí. Curiosamente, mi nieto Samuel, hijo de Beatriz, sí que es «artista» lo lleva dentro y creo que por ahí hay posibilidades de continuar la «Saga».

Mi hijo, Gonzalo, trabaja con nosotros en la parte técnica y de producción. La parte artística nunca le ha llenado, y Joan, mi pequeño, tampoco ha dedicado su vida al teatro. Su hijo mayor Alejandro quiere ser controlador de vuelo y el pequeño Marc, se sabe de memoria las aventuras de la bruja Federica.

CG: ¿Cómo fue recoger el legado del Betlem de Tirisiti? ¿Qué significó para ti y con qué te quedas de aquella experiencia?

AD: Adolfo Seguí, a la sazón, director de la obra social de la CAAM (después la CAM), me comentó que la familia que llevaba el Betlem lo iba a dejar, y que si quería aceptar el reto. Inmediatamente dije que sí.  Lo que pasó después da para un libro, pero me quedo con la creación de las campañas escolares, la recuperación de barracón y el poner a Tirisiti en VALOR, sacándolo de Alcoy y dándolo a conocer en el mundo entero, llevándolo a Festivales, y celebrando su primer centenario. Pero sobre todo «resistir solos», sin ayuda, y convencer al ayuntamiento para que lo apoyase, y así llegar a ser lo que hoy es. Puedo decir con orgullo que Tirisiti existe gracias a nuestro esfuerzo y, en aquel momento, sacrificio.

CG: ¿Puedes nombrarnos algunos de los eventos más importantes en los que hayas participado? Seguro que han sido muchos… Así a botepronto yo puedo recordar la inauguración de Terra Mítica, la Vuelta Ciclista a España o el Eurobásquet en 2011. ¿Alguno que haya sido especial para ti?

AD: En la inauguración de Terra Mítica en el año 2000, estuviste tú, que junto a mi hijo Joan fuisteis los encargados de abrir con vuestros tambores la puerta a un mundo de ilusiones.

Unipublic nos dio la oportunidad de tener el teatro de marionetas «más grande del mundo» con el estuvimos de gira por España y Francia durante cinco años, luego la crisis nos sacó de la carretera. También estuvimos ocho años de Gira con el Ministerio de Cultura y la Federación de Gremios de Editores de España, con la campaña de Fomento de la Lectura, uno de mis trabajos favoritos.

CG: Otra de tus pasiones llegó a ser el parapente, también en verano coordinas un campamento aeronáutico con los niños en Elche ¿Qué nos puedes contar acerca de esto?

AD: Todos tenemos un hobby, y el mío es volar, empecé con el parapente, ahora vuelo avionetas, soy juez de la Federación Aeronáutica Internacional, he participado en tres campeonatos del mundo, dos de Europa y numerosos de España, como juez y organizador; También junto a mi compañero y amigo Jesús Mas hemos creado una nueva competición aeronáutica, la ANR, y desde hace siete años organizo y dirijo el CALL, un campamento de orientación aeronáutica para chavales entre los 11 y los 18 años, del que ya han salido algunos pilotos.

CG: Has vivido en primera persona las fiestas de moros y cristianos de Alcoy. Ahora, por desgracia, hace un par de años que no las podemos celebrar como querríamos. También has participado en boatos, has sido partícipe en escuadras especiales, como la de los Berberiscos, ¿te gustaría poder desempeñar algún cargo de Capitán o Alférez en el futuro?

AD: Para cualquier Alcoyano que se precie (y ese es mi caso) ser Capitán o Alférez es un sueño, pero hay que ser realistas, no creo que me de tiempo a ganar lo que hay que gastar… (Risas), pero como yo no soy realista sino Bequetero, quien sabe…

CG: ¿Hay algo en la vida que gustaría realizar y que todavía no hayas consumado? ¿Alguna espinita clavada? Te jubilarás en pocos años. ¿Algún sueño por cumplir?

AD: La jubilación no es una opción. Tengo muchos sueños por cumplir y me gusta mucho lo que hago, por tanto creo que si el «cuerpo» no me lo impide continuaré hasta el final de mis días.  Pero sí que hay algo que me gustaría hacer antes de bajar el telón, y es poder crear un TEATRO ESTABLE DE MARIONETAS en Alcoy, que albergue una escuela y un pequeño museo y desde ahí poder transmitir mi historia y la de mis títeres, pudiendo exponer todas nuestras creaciones para que no se pierdan los más de 200 muñecos, los más de 20 teatrillos y toda la pasión que nos ha movido durante cuarenta y tres años de profesión.

CG: ¿Cómo has vivido la pandemia este último año y qué has aprendido de ella?

AD: Pues como todos, con resignación, en enero de 2020 cogí la COVID y estuve ingresado casi veinte días, algunos en situación grave. Llegué a despedirme… (Risas), pero he aprendido que no te mueres hasta que no te llega la hora y hay que seguir luchando día a día.

CG: Sabemos que eres muy activo en  Málaga dónde te acogen de maravilla y eres todo un referente. Colaboras y organizas la Cabalgata de los Reyes Magos y has participado ya en muchas ediciones de la Feria Mágica. ¿Qué proyectos futuros tienes en mente? ¿Alguno en Alcoy?

AD: La Feria Mágica fue creación mía y el año 2020 iba a ser el 25º Aniversario, teníamos un presupuesto especial, aprobado, y todo era maravilloso, hasta que el «bicho» nos lo paralizó todo… Pero no perdemos la esperanza de volver. De momento como proyecto futuro: VOLVER A TRABAJAR, que no es poco.

CG: Sabemos que has abierto un nuevo de canal de YouTube, El Taller de Maese Alberto y sus duendes. ¿Qué quieres mostrar al mundo?

AD: Aún soy muy novato en el sector, aunque cada vez le cojo más el tranquillo. Estoy acostumbrado al directo y sobre todo a la interacción que permite el Guiñol. La cámara es muy fría, pero de nuevo hay que adaptarse y espero que sirva para descubrir a las nuevas generaciones un mundo muy antiguo y siempre nuevo: LAS MARIONETAS.

CG: Bueno, hay que ir despidiéndose y seguro que nos dejamos algo en el tintero, pero sin duda hemos podido conocer un poco más a fondo a Alberto Díaz. ¿Algún deseo o consejo para los niños del mañana?

AD: Que se acerquen siempre que puedan a un Teatro de Títeres. Es una forma de conocer el teatro y acostumbrase a consumir cultura, que es lo único que les hará libres. El espectáculo debe continuar.

CG: Mil gracias por responder a nuestras preguntas y esperamos algún día tu trabajo sea reconocido dentro del mundo de la Cultura en Alcoy. Muchos años de trabajo y dedicación lo avalan. Eres un gran artista, de los pies a la cabeza. Un fuerte abrazo y hasta siempre, Alberto.

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