Me hizo especial ilusión recibir la llamada de Chemi Galiano para ver si podía presentar su exposición en la sala Mutua de Levante que tan buenas exposiciones y productos culturales está produciendo.
Mi primer contacto con Chemi, fue en noviembre o diciembre de 2015. Una llamada de Paco Bustos, entonces gerente del Centro Comercial Alzamora me decía: “Hay aquí un chico que hace unas cosas muy chulas y quiere exponer en la sala de exposiciones. Mira a ver…”
Nos conocimos, me presento su obra, su argumentario artístico, sus ideas e inmediatamente lo invitamos a que realizara su primera exposición individual en la Galería d’Art de Alzamora.
Fue un placer preparar con él aquella exposición que, recuerdo, funcionó muy bien.
Para mí, Chemi tiene el alma de uno de los oficios más nobles y míticos de la humanidad: el herrero. Actualmente es un dedicado trabajador social, pero también ha sido y es voluntario colaborador extremo de muchas ONGs. Aunque él también habla en su currículo de que es carpintero metálico y soldador (Chemi, aquí diríamos que eres “Manyà”).
Herrero. Como el dios Vulcano. Pero no haciendo armaduras y armas para los otros dioses sino tejiendo y soldando sus esculturas de óxido que forman y reivindican los gritos, el dolor y la rabia de las personas más desfavorecidas, de los excluidos, de las víctimas. Otros héroes y heroínas.
Su obra te habla. Sólo necesitas una pequeña sensibilidad y la entiendes perfectamente.
Si no conoces a Chemi podrías pensar que es un tipo amargado o pesimista; nada más lejos. Es más bien una persona optimista, ilusionada e ilusionante. Tiene el brillo en los ojos de la esperanza.
Pero ha estado en el “otro lado”. Y desde su misión como artista y también como profesional, dedica sus esfuerzos a hacer que personas desterradas de la sociedad tengan voz, oportunidades y futuro.
No se pierdan la obra de Chemi Galiano. Una de esas personas que hacen el mundo un poco mejor.