El desasosiego ciudadano generado en los últimos días por las peleas de gallos en la confluencia de las calles San Lorenzo y San Francisco, las carreras de ponis por el Ensanche así como la existencia en régimen de semilibertad de todo tipo de animales, más o menos, domésticos, sumado al hecho que todo esto sucedía ante las mismísimas narices del Ayuntamiento sin que éste moviera un dedo por evitarlo tiene, por fin, una explicación.
Según ha podido saber este diario, tanto las peleas de gallos, de perros, de serpientes de cascabel contra mangostas así como las carreras de cucarachas y caracoles en circuitos cerrados y de ratas a tres en circuitos abiertos como la Plaza Pintor Emilio Sala, estarían enmarcadas dentro de las pruebas de estrés diseñadas por el gobierno de Toni Francés con la finalidad de obtener a corto / medio plazo la adscripción del casco histórico de la ciudad, en general, y de la calle San Francisco, en particular, a la Cañada Real del Reino de Valencia que, como todos saben arranca en la sierra de Tragacete y atraviesa Cuenca terminando ahora en Valencia y, en un futuro no muy lejano, esperemos que en el mismísimo centro de Alcoy.
Esta distinción, según el gobierno socialista, supondría para la ciudad un nuevo atractivo turístico de primer orden, especialmente para el colectivo animalista, además de añadir un nuevo título en la lista de fiestas y eventos de interés internacional ya que desde 2007 las Cañadas Reales están declaradas por la UNESCO, Patrimonio de la Humanidad.