La noticia de que el descenso demográfico ha hecho que Alcoy baje de los 60.000 habitantes ha provocado una inmediata reacción del Ayuntamiento, que ha anunciado una batería de medidas espectaculares e imaginativas. La primera llegó en la mañana de ayer, cuando la junta de gobierno decidió solicitarle a la dirección general de Heráldica de la Generalitat la inclusión de la leyenda “El último que apague la luz” en el escudo de la ciudad.
Al margen de este gesto simbólico, la corporación anuncia actuaciones con más sustancia. En este sentido ha iniciado negociaciones con Cocentaina y Banyeres para venderles amplias zonas del término municipal, como Serelles y Xirillent. Según declararon fuentes municipales a “Más falso que un Judas”, estas ventas de terreno vienen provocadas por el cambio de la situación demográfica de Alcoy, “son parajes muy grandes, que al bajar la población apenas usa nadie y que exigen un gasto considerable en limpieza y mantenimiento. Si los vendemos a los pueblos de al lado podemos sacarnos un buen dinero”.
Dado que los diferentes estudios estadísticos anuncian que Alcoy tendrá una cifra de 12.000 vecinos en el año 2060, el Ayuntamiento de Alcoy ha creado una comisión especial para estudiar el nuevo futuro de la ciudad. En este sentido, se señala un hecho muy positivo: podremos acogernos a los planes europeos de ayuda al desarrollo de áreas rurales de los que hasta ahora estábamos excluidos. Asimismo, también se plantean nuevas estrategias en materia de promoción turística, barajándose varios eslóganes como “Alcoy: pocos, pero bien avenidos” o “Alcoy: pequeño, pero matón”, que estaría ilustrado con un cuadro del arrastramiento de Pelletes.