La sorpresa política saltó el sábado de la pasada semana en el Ayuntamiento de Muro. Al no ponerse de acuerdo los diferentes partidos sobre la elección del alcalde, finalmente se escogió como primer edil de la localidad a Servando Rozalén de la Iglesia, un señor de Albacete que resultó elegido con los votos de EU, PP y Ciudadanos y que había acudido a la Casa Consistorial murera para pagar una multa de aparcamiento que le pusieron durante las pasadas Fiestas de Moros y Cristianos a las que acudió como turista.
La elección no estuvo exenta de tensiones. En un principio, Servando Rozalén se negaba rotundamente a aceptar la vara de mando, afirmando que él estaba empadronado en Albacete y que apenas sabía nada de la idiosincrasia murera. Ante su negativa, efectivos de la Policía Local lo trasladaron a la fuerza desde la oficina de tasas al salón de plenos, en donde finalmente tomó posesión del cargo entre los aplausos de los partidos que le habían apoyado y los abucheos de los concejales de Compromis y del PSOE.
Enfrentado a una multitud enfervorecida, el señor de Albacete se vino arriba y pronunció un vibrante discurso programático absolutamente improvisado. Entre otras cosas, dijo que “si Albacete es la Nueva York de la Mancha, desde aquí me comprometo a convertir a Muro en el Las Vegas de El Comtat”. Asimismo, anunció que en breve se iniciarán los trámites para hermanar la Feria de Albacete y la Fireta de Sant Antoni, anunciando además su compromiso de que en menos de una semana se aprenderá enterita la canción del “Tio Pep se’n va Muro”.
Servando Rozalén, que al ser jubilado tiene mucho tiempo libre, ya ha empezado a buscar un chalet en la Plana de Muro para fijar su residencia en la localidad. Hay que señalar, que la primera medida que ha tomado como alcalde es anular la multa de aparcamiento que le pusieron durante las pasadas Fiestas y aplicarle una dura sanción disciplinaria al Policía Local que se la impuso.