El sábado finalizaron las obras de acristalamiento del puente de Cervantes, dando así respuesta a una de las propuestas más votadas en los Presupuestos Participativos del 2020 que solicitaba mitigar, en la medida de lo posible, el airuset que baja de la montaña a primera hora de la mañana y que atraviesa el puente y a los peatones que transitan por él.
Aunque, en un primer momento desde el Ayuntamiento se barajaron varias opciones para solucionar el problema como: sustituir las farolas por estufas de butano o de pellets; ubicar un servicio de alquiler de mantas y rebequetes en cada uno de los extremos del puente o construir bloques de viviendas a sus dos lados; finalmente se optó por la opción del acristalamiento porque, en palabras del concejal de urbanismo “no estropean la visión, cumplen todos los controles legales y de seguridad y son facilísimos de limpiar”-
Recordamos a nuestros lectores que la propuesta fue presentada, en su día, a los Presupuestos Participativos por la Asociación de Amigas y Damas del Cardat Alcoià y la Bajoca Farcida y por la Plataforma de Pelones del Barxell. Se trata de una prueba piloto que, en caso de resultar exitosa, se trasladará al resto de puentes de Alcoy con la excepción del de San Jorge que ya cuenta con su propia protección (el edificio La Estambrera) y el de Francisco Aura, porque no hay empresa de carpintería metálica que pueda construir un cerramiento con ese sinuoso perfil.