La Concejalía de Turismo ha vuelto a programar una serie de rutas para dar a conocer el patrimonio histórico alcoyano y captar visitantes. El programa repite la sencilla estructura del año pasado que facilitó la comprensión de visitantes y locales, a saber:
Los cuatro primeros sábados alternos acabados en número par se dedicaran a las rutas que empiecen por consonante bilabial sorda. Las que empiecen por oclusiva o palatal sonora tendrán lugar los días que correspondan a numero primo de los meses de marzo y abril. Y en Junio tendrá lugar la gran novedad del programa la conocida como ‘Ruta del Fiambre’
Según ha explicado a este diario una prima hermana de la concejala de Turismo ‘la ruta del fiambre es como quien dice la cenicienta de las rutas alcoyanas, condenada a vivir a la sombra de otras, más populares, como: la del colesterol, la del modernismo, la de los museos cerrados o la de los solares abandonados y sin embargo es la más trascendente, la que nos habla del más allá’
Para todos aquellos que estén interesados les aportamos un breve resumen de dicha ruta aparecida en su día en Tipografía La Moderna:
La ruta se inicia en la rotonda de entrada a la ciudad por la N-340 junto a la Rueda Rotaria. Cruzando la calle comenzará la ascensión por la carretera de la Font Roja, y a la altura del número 14, se realizará la primera parada en un establecimiento donde se ofrecen trabajos funerarios, lápidas y panteones.
A escasos metros, de allí, justo en el número 10, encontrará otro establecimiento de características similares en el que se elaboran todo tipo de lápidas y esculturas en mármol y granito.
El viajero continuará la ascensión deleitándose con las vistas de la necrópolis de la Serreta. En su avance dejará atrás una ebanistería que se caracteriza por sus finos trabajos (entre los que cabe la construcción de ataúdes) y a la izquierda un almacén de maderas para la elaboración de los más variados objetos de carpintería, entre ellos, los populares pijamas de ese material.
Tras avanzar unos cuantos metros el viajero afrontará la última etapa, no sin antes pasar junto al cartel de ‘Lápidas, Panteones y Esculturas Ferrer’. Seguidamente ascenderá unos pocos metros hasta alcanzar el punto de mayor atractivo del recorrido: El Cementerio Municipal.
Tras un paseo entre los monumentales panteones y tumbas, en los que no deberá descuidar los epitafios del ‘Cementerio Civil’ el viajero saldrá del camposanto dejando atrás sus recios muros en los que podrá leer: ‘Este es el paraiso. Hay – vida eterna Dios existe’. Pintada que a pesar de la profundidad que se le intuye no trasmite con claridad ningun mensaje.
Finalizada la ruta, el viajero se tomará un instante para dar una última mirada al Camposanto desde el Polideportivo Municipal para, si su organismo así lo requiere, evacuar los líquidos sobrantes.
Una pausa que le permitirá, una postrera reflexión sobre los versos del poeta Jorge Manrique ‘nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar’. O la de aquel otro poeta anónimo escritas en las puertas de un vestuario: ‘Aquí estuvo Viriato tocándose el moniato’