El largo contencioso en torno al castillo de Barxell está entrando en su recta final. La Generalitat Valenciana se ha dirigido a la Casa Real ofreciendo esta fortaleza alcoyana como lugar de retiro del Rey tras su abdicación. Desde la Conselleria de Cultura se quiere rehabilitar esta emblemática construcción, para convertirla en una nueva versión del Monasterio de Yuste en el que se recluyó Carlos I tras su renuncia al trono.

La medida ha sido acogida con gran satisfacción por el Ayuntamiento de Alcoy, que señala que la presencia de Don Juan Carlos I sería un impulso definitivo al sector turístico. La concejalía de Turismo está diseñando un plan estratégico para aprovechar las sinergias generadas por esta nueva situación. Entre otras acciones, la corporación le ofrecerá al Rey y a su séquito vales descuento para que puedan hacer sus comidas oficiales en la Font dels Patos. También ha anunciado que les ofrecerán sustanciosas ventajas en el pago del IBI, un servicio diario gratuito de recogida de basuras y un palacio real de invierno, que se ubicaría en  el edificio vacío de los juzgados de la Plaça de la Mare de Déu. El departamento de marketing de la concejalía ya ha elaborado hasta un eslogan: “Ven a Alcoy y te sentirás como un Rey”.

Las únicas voces críticas contra este proyecto han surgido de los grupos municipales de EU y Compromis, que han elaborado un comunicado conjunto de gran dureza, en el que señalan “no sabemos quién está peor: la monarquía o el castillo de Barxell. Los dos están al borde de la ruina y necesitan una urgente rehabilitación”.

Al margen de estas críticas, la noticia de la posible venida del Rey ha desatado la expectación entre el empresariado de la comarca. Se da ya como segura la reactivación del proyecto del campo de golf de Xirillent, que está llamado a convertirse en lugar de encuentro de la aristocracia española. La asociación de vecinos de la partida de Barxell ya ha solicitado oficialmente el cambio de nombre para la zona, que pasará a denominarse Reales Sitios de Barxell.