La Llotja de Sant Jordi, ese impresionante recinto con forma de vientre de ballena diseñado por Santiago Calatrava que hay escondido bajo la Bandeja, tendrá por fin una utilidad a partir del próximo mes de noviembre. Acabará así la insólita situación de un recinto que durante décadas no ha servido para casi nada, debido a sus malas condiciones acústicas, visuales y ambientales.
Haciendo suyas las frases ‘de lo perdido saca lo que puedas’, ‘tus defectos son tus virtudes y tus virtudes son tus defectos’ y ‘més val ser cap de sardina que cua de lluç´ el Ayuntamiento ha hecho de la necesidad virtud y ha decidido instalar una lonja de pescado en esta emblemática, emotiva, entrañable y, hasta ahora inútil, monumental sala alcoyana.
Según las declaraciones de un primo segundo de un vecino del concejal de Infraestructuras Subterráneas del Ayuntamiento, que ha preferido permanecer en el anonimato, la sala -inútil para otros menesteres – reúne sin embargo las condiciones idóneas para convertirse en lonja de pescado de libro; una infraestructura de la que siempre ha carecido Alcoy.
Por ejemplo, esa rara inclinación del recinto que en condiciones normales provoca vértigos y mareos resulta, en cambio, muy adecuada para montar los puestos de pescado permitiendo que el cliente vea todo el género de un golpe de vista. También la humedad y filtraciones que se producen cada vez que hay precipitaciones vendrán como agua de Mayo para mantener las mercancías en unas condiciones idóneas de frescura y salubridad.
Incluso la acústica que por su reverberación impedía la celebración de conciertos, conferencias o representaciones teatrales reúne unas condiciones más que favorables para crear ese ambiente sonoro de mercado donde se combinan gritos, badoqueries y frases promocionales de contenido ininteligible com ‘Hoste i peix menut, al cap de tres dies put’ ‘Peix cria peix’, ‘Tonyina, per a la gent roïna’ ‘El peix alimenta i no fa greix’, ‘Morena (referit al peix) agarrame-la i berena’ o ‘Vamos que me voy con la almeja de Alcoi.