La sopaberena, la gran aportación alcoyana a la gastronomía mundial, vive una auténtica edad de oro gracias a la reducción de los horarios de cena en los restaurantes, provocada por la aplicación del toque de queda, que obliga a tener cerrados estos establecimientos a las doce de la noche y a adelantar la hora del ágape nocturno.
La sopaberena es el pariente alcoyano y vespertino del internacional brunch. Esta comida, habitualmente pensada para los niños, ha hallado un inesperado acomodo en la nueva normalidad impulsada por los recortes de horarios de cena en los restaurantes. Muchos de estos establecimientos han anticipado sus aperturas a las 20 horas de la tarde, en un intento de que sus clientes puedan disfrutar con tranquilidad y margen de tiempo de la última comida del día. Expertos en gastronomía han señalado una circunstancia importante: técnicamente, este ágape no se puede considerar una cena, ya que sus circunstancias horarias señalan claramente que se trata de una sopaberena.
La larga tradición alcoyana en sopaberenas ha despertado el interés internacional. Chefs de todo el mundo se han dirigido a los cocineros de la ciudad, para que les expliquen los detalles de esta singular experiencia gastronómica. Un restaurante madrileño, con 3 estrellas Michelin, ha creado un menú especial sopaberena, que incluye una deconstrucción de bocadillo de mortadela con aroma de margarina Tulipán, incluyendo un postre denominado “espuma de Petit Suisse”. En este mismo orden de cosas, un conocido restaurador vasco ha reproducido en su establecimiento el emblemático berenaret de Pascua, ejemplo clásico de la sopaberena alcoyana, en el que ha incluido productos del terreno como las habas tiernas y la mona.