Según ha podido saber este diario, la Delegación del Gobierno en Alicante ha comunicado a la Asociación de San Jorge que, a partir del próximo 1 de enero, los festeros/as tendrán terminantemente prohibido disparar arcabuces sin poseer licencia de armas.
Para obtener la correspondiente licencia, los festeros/as deban someterse a una revisión médica en la que se tendrán en cuenta parámetros como el índice de masa corporal o IMC (proporcionalidad entre la masa y la talla) perímetro estomacal (que no deberá superar los 150 cm. excepto en el caso de festeras embarazadas) nivel medio ponderado de alcohol, glucosa y festa en sangre; así como diversos test psicotécnicos en los que puntuarán negativamente el uso habitual de frases como: ‘Ara ja puc morir-me’, ‘Tinc ací dins un cuquet’ ‘Açò no s’ha vist mai’ o ‘Hem baixat damunt d’un núvol’
La Asociación festera también está estudiando con el fin de dar mayor veracidad a la Fiesta en general y a la lucha con arma blanca frente al castillo en particular, la posibilidad de que los participantes en uno y otro bando reciban entrenamiento de combate en cuerpos de operaciones especiales.
En caso de que se apruebe esta normativa, los entusiastas festeros recibirán durante un tiempo, no inferior a seis semanas, instrucción militar aprenderán teoría de guerra, técnicas de supervivencia y de combate, historia, tiro, gimnasia, camuflaje y apariciones, resistencia, a reptar con un cirio, a hacer rappel desde las almenas del castillo y a saltar de camiones en marcha o, en su defecto, de los autobuses/plataforma en los que desfilan caballeros, emires, damas, preferidas y/o favoritas del alférez y capitán
Para conseguir el APTO como festero/a de pleno derecho los individuos/as deberán pasar una examen de reválida que incluirá pruebas extremas como acampar en una jaima fuera del término municipal, brofegar en dos idiomas, hacer fuego sin mechero, cazar, pescar, pastar con una sola mano albóndigas de aladroc y comer usando técnicas primitivas como el regüeldo. También tendrán que realizar una carrera de cincuenta kilómetros cargados con una imagen de San Jorge de 20 kilos de peso, realizar tres inmersiones en café gelat y decir, tras ingerir una botella de cantueso y otra de herbero, de forma que resulta comprensible para el oyente: ‘Viva España, viva el Rey, viva el orden y la Ley’.
El sargento mayor Hartman, encargado de la instrucción, ha declarado en exclusiva a este diario que ‘aunque sea más difícil que encogérsela a los negros del Congo, conseguirá que los/las reclutas festeros se conviertan en temibles guerreros/as, según sea el caso’