El incombustible Serafín Castellano se lleva la palma de las frases lapidarias de esta semana. Tras la accidentada inauguración de los puentes, el dirigente del PP acusó al alcalde de Alcoy de jalear las protestas ciudadanas, con el fin de tapar el hito histórico de la inauguración de dos obras públicas de primera magnitud.
En primer lugar, hay que tener muy claro que el único que intentó tapar (y a fe que lo logró) el hito histórico de los puentes fue el propio presidente de la Generalitat, que presidió las ceremonias inaugurales rodeado de un desproporcionado séquito de policías, que impidió que la gente se acercara a ambas pasarelas. En el caso del Viaducto, los espectadores tuvieron que recurrir a los prismáticos para poder ver algo del susodicho hito histórico, ya que los responsables de protocolo del gobierno autonómico y la disuasoria presencia de los policías los mantuvieron siempre a más de doscientos metros de distancia.
En segundo lugar, las declaraciones de Castellano ponen en evidencia su absoluto desconocimiento del carácter de nuestro alcalde, Toni Francés. Nadie, ni sus más acérrimos partidarios, se imagina a nuestro primer edil (un hombre tranquilo, tirando a flemático) jaleando nada.