Doce del mediodía. Trescientos alcoyanos esperan pacientes en la salida del puente Viaducto-Zona Norte, soportando un viento polar, que convierte el plantón en un auténtico acto de heroísmo. Llega una limusina negra y de ella se apea la versión Xavi Castillo del presidente de la Generalitat Valenciana: un ser inclasificable, mitad fallera mitad ejecutivo, que inicia de inmediato el acto de reinauguración de esta polémica infraestructura.
Tras la denostada apertura oficial, con despliegue de policías incluido, se acortan las distancias y llega el momento de del humor. Los espectadores se hinchan de insultar al falso Fabra y el dignatario autonómico acaba huyendo por el puente, perseguido por las masas. La palabra más coreada del día es “moniato”: esa será la única semejanza con el acto “real” de inauguración vivido hace dos semanas.
Apenas digerido el cabreo ciudadano provocado por la inauguración “verdadera” del puente, en la que Fabra presidió la ceremonia bajo la espectacular protección de un regimiento de policías, Xavi Castillo programó para este martes un acto alternativo, que acabó convirtiéndose en una exhibición de teatro callejero improvisado, en la que resultaba imposible distinguir al público de los actores. El motivo era el rodaje de un capítulo del serial “Veriueu-ho”. La cita, lanzada a través de las redes sociales, reunió a cerca de trescientas personas, que disfrutaron sumándose a una recreación disparatada y crítica del tristísimo papelón protagonizado hace dos semanas por las autoridades institucionales.
Castillo llegaba a la entrada del puente de la Zona Norte a bordo de una gran limusina, con su correspondiente séquito de falsos policías, falsos ingenieros y falso chófer. Su saludo a las multitudes se vio acompañado de una lluvia de insultos y de reivindicaciones. Por no faltar, no faltó ni el discurso. El Fabra vestido de fallera anunció que el puente Viaducto-Zona Norte será el punto de arranque de un futuro “corredor valenciano/murciano/alcoyano/balear”, que traerá días de prosperidad y de gloria para todos. Tras reclamar para sí mismo la merecida declaración de hijo adoptivo de Alcoy, el presidente echó a correr por el puente, perseguido por una pequeña nube de ciudadanos indignados. La parodia terminaba con un intento presidencial de saltar al vacío. Un extraño dron sobrevolaba el cielo, provocando todo tipo de sospechas entre el público.
Con la colaboración desinteresada de sus fans alcoyanos, Xavi Castillo abría este martes una nueva vía hacia la reinterpretación de la estrafalaria realidad política de la Comunitat Valenciana. La fórmula, basada en ofrecer una segunda versión humorística de los actos oficiales de las autoridades autonómicas, puede dar mucho de sí, en un país en el que la política real se acerca cada día más a los terrenos del surrealismo. La imagen de un Fabra barbudo vestido de fallera resulta tan increíble como la de un presidente inaugurando un puente ante unos espectadores retenidos por la Policía a una distancia de más de doscientos metros. Si el grito “Aixó ho pague jo!” le ha dado fama al cómico alcoyano, ahora puede ampliar su repertorio con un “Aixó ho inaugure jo!”, que a buen seguro le servirá para contarnos a todos la inminente campaña de inauguraciones y de fastos políticos que nos tiene preparada la Generalitat.