El color amarillo explota en unos campos alfombrados de girasoles. A veces, los ciclos de la agricultura se convierten en un espectáculo visual de grandes proporciones. Los bancales de Barxell son el escenario de una impactante coreografía floral a la que resulta imposible resistirse. Es un paisaje mágico al que acuden curiosos de todas partes para hacerse fotografías y para recrear el momento. Paco Grau nos cuenta con su cámara esta efímera historia y nos deja constancia de este hermosa transformación, que nos imágenes de insólita belleza.
El paso de las estaciones deja su huella de colores y de composiciones pictóricas en el campo. Cada época del año tiene su propia estética: los grises apagados del invierno, los dorados del otoño, la explosión de blancos y rosas de la primavera y los tonos contundentes del verano. Una de las ventajas de vivir en Alcoy es que cualquier persona tiene al alcance de su mano, con solo desplazarse unos kilómetros, estos espectáculos que nos ofrece una Naturaleza que lleva siglos conviviendo con el hombre.
Los campos de Barxell en los que se suceden los cultivos de cereales con los de girasol forman uno de esos escenarios privilegiados. Este verano de 2019 nos está dejando, además de insoportables oleadas de calor, un paisaje de colinas y bancales amarillos en los que se aprietan los girasoles hasta formar una geometría brillante cuya contemplación es toda una experiencia de goce pictórico.
A la caída de cualquier tarde de este mes de julio, un pequeño ejército de curiosos acude a la zona para disfrutar sobre el terreno de este inesperado regalo. Parejas de novios, familias y grupos de amigos inmortalizan con sus cámaras la ocasión, conscientes de que están viviendo un momento único.