Cuatro décadas nos separan de estas fotografías de Paco Grau. Empezaba la década de los ochenta del pasado siglo y Alcoy ponía en marcha la actual fórmula de los festejos en honor a la Virgen de los Lirios, con gran protagonismo de la romería a la Font Roja. Eran otros tiempos y era otro paisaje humano para esta fiesta. En este 2020, con todos los actos callejeros suspendidos por la pandemia, es un buen momento para echar la vista atrás y recordar aquellos días lejanos.
La decisión la tomó el primer ayuntamiento democrático y contó con el apoyo y la colaboración de las autoridades religiosas de la época, en las que acabaría jugando un importante papel el vicario episcopal Juan Antonio Reig, hoy polémico obispo de Alcalá de Henares. Se trataba básicamente de trasladar al mes de septiembre los actos centrales en honor de la patrona de Alcoy. Hasta entonces, se hacían en agosto y la participación había descendido mucho por la coincidencia con las vacaciones.
Aquellas primeras romerías fueron el resultado de una importante movilización social. En muy poco tiempo, los actos en honor a la Virgen de los Lirios se convirtieron en acontecimientos multitudinarios. Fue una fórmula de éxito, a la que se llegó gracias a la implicación de numerosas entidades sociales, deportivas y culturales. Al final, se consiguió el objetivo: consolidar estas actividades dentro del calendario festivo de la ciudad. La romería se convertía en muy poco tiempo en una cita imprescindible para miles de alcoyanos, que el tercer domingo de septiembre cogían la carretera de la Font Roja, acompañaban a su patrona y participaban en una gran celebración abierta y popular.
Las fotografías en blanco y negro de Paco Grau nos devuelven a aquel ambiente. Romerías en las que todavía se podían hacer “rostidas” y paellas, en las que aún sobrevivía el edificio del viejo hotel y en las que las propias indumentarias de los romeros nos devuelven a un pasado muy diferente.
En medio de este nefasto 2020, es un ejercicio reconfortante dejarse llevar por la nostalgia. Con la romería suspendida por el coronavirus, vale la pena viajar a través del tiempo y mirarse en estas imágenes, en las que un pueblo celebra la oportunidad de salir a la calle y de participar en una gran celebración colectiva.