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Tiempo de cerezas
Javier Llopis - 20/05/2014

Cada mes de mayo, un pequeño universo se pone en marcha. Los campos olvidados de las comarcas de El Comtat y la Marina Alta vuelven a la vida y se llenan de actividad. Son días intensos de cosecha, de tráfico de tractores y de trabajo incesante en los almacenes agrícolas. Es tiempo de cerezas y Paco Grau ha hecho su personal retrato de este momento mágico en el que la tierra nos ofrece uno de sus mejores frutos.

La cereza se ha convertido, sin ningún género de dudas, en la cara más alegre de una agricultura que se ha transformado en un sector en regresión, en una actividad económica casi testimonial. La llegada de este fruto supone un momento de alta actividad para unas comunidades que viven el resto del año a medio gas. Durante unas semanas, nuestro campo recupera antiguos esplendores y se convierte en el escenario de un vertiginoso proceso, que se inicia con la recogida del árbol y que acaba con los primeros pasos en el engranaje de comercialización de esta fruta, que acabará llegando hasta el último rincón del mundo. Comunidades enteras participan en este ritual repetido, que en los años buenos lleva la prosperidad a las zonas rurales y que en los años malos se convierte en un golpe para sus economías.

Cerca de siete millones de kilos se recogerán en las próximas semanas en las zonas productoras de cereza de El Comtat y la Vall de Gallinera. Desde las variedades más tempranas a las más tardías, esta fruta adornará nuestros mercados hasta bien entrado el verano. La sequía ha impedido que se alcanzara este año una cosecha record, aunque se ha llegado a unos importantes niveles de producción en los que ha destacado la alta calidad del fruto.

Son días buenos para darse un paseo por Planes, Benimarfull o por los rincones de la Vall de Gallinera. La cereza es la gran protagonista del quehacer diario de los pueblos. En medio de un ir y y venir constante, familias enteras se suman a la cosecha del “oro rojo”, de esta pequeña fruta, que forma parte de sus paisajes y de sus vidas. Son días buenos para darse un paseo por Planess, Benimarfull y por la Valla de Gallinera y disfrutar sobre el terreno de este pequeño milagro de la tierra.

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