Los principios básicos de la alcoyanía obligan a todos los habitantes de esta ciudad a montar un follón de mil demonios cada uno de abril y a poner a parir el cartel anunciador de las Fiestas de Moros y Cristianos a los pocos segundos de que se corra la cortinilla en el Ayuntamiento. En ocasiones, participar en esta batalla dialéctica abrileña supone un esfuerzo titánico para muchos alcoyanos, obligados a hablar de pintura y de arte sin tener ni la más puñetera idea del asunto. Ahí van algunos consejos para salir airosos del trance.
1-El furioso ignorante
Antes de entrar a matar contra el cartel, pronuncie las palabras mágicas: “yo no sé nada de arte ni de pintura, pero…”. A partir de ahí, vale todo. Tras esta declaración de ignorancia artística, podrá utilizar los calificativos más salvajes para destrozar la obra que cuelga en la fachada del Ayuntamiento: es una mierda infame, una vergüenza para todos los alcoyanos, deberían meter al autor en la cárcel, el alcalde tendría que cesar al concejal de Fiestas, hay que recuperar el concurso para acabar con todos estos enchufados o con bodrios como estos vamos a espantar a los turistas.
2-Indignación patriótica
No se corte ni un pelo a la hora de ponerse dramático. Si quiere triunfar atacando al cartel de Fiestas recurra a la indignación patriótica. El truco está en convertir esta obra pictórica en una ofensa a los sacrosantos valores georginos y alcoyanos. Oféndase y mésese las barbas con toda la ira que sea capaz de acumular. Cualquier motivo vale: el cartel no tiene San Jorge, el moro del dibujo levanta de forma sospechosa su dedo meñique, aparecen pocas cruces y pocas medias lunas o no hay ni una sola referencia al Barranc del Cint. Cualquiera de estas excusas le servirá para iniciar una espiral de insultos y para convertir la obra de marras en un baldón vergonzoso en el centenario historial de nuestros Moros y Cristianos.
3-Pintores jóvenes
Cada primero de abril, en Alcoy surgen miles de defensores de los pintores jóvenes. Es un fenómeno inexplicable que suele durar una semana (día arriba, día abajo). Tras cuestionar la calidad de cartel, pase inmediatamente a recordar la existencia de esos miles de pintores jóvenes alcoyanos, que sufren todo tipo de privaciones sin que el Ayuntamiento se digne a encargarles la obra anunciadora de los festejos. Utilice todo tipo de argumentos demagógicos e insista en señalar que “cualquiera de estos chavales lo haría muchísimo mejor y además nos lo haría por cuatro perras”. Ni que decir tiene, que para desarrollar esta tarea de promoción de las promesas emergentes del arte alcoyano no es necesario tener ningún conocimiento previo de la materia. Basta con poner cara de indignado y hablar muy fuerte.
4-Hágase el “modernet”
Esta categoría está reservada para el caso de que el cartel pertenezca al género figurativo; o lo que es lo mismo, que en la obra anunciadora de las Fiestas el moro parezca un moro, el cristiano sea un cristiano irreprochable o que el San Jorge sea un San Jorge con todas las de la ley. En estas ocasiones, el ciudadano/crítico puede sacar a pasear toda la sabiduría pictórica que acumuló en sus años de bachillerato o viendo los reportajes de La 2 mientras dormía la siesta en un sillón. Hable de Matisse, de Pollock o de Picasso y no dude en calificar de pastiche decimonónico cualquier pintura festera que se salga del arte abstracto o conceptual. Quedará como un experto y sus amigos le mirarán con un respeto reverencial. Da igual que el cartel lo haya pintado el mismísimo Francisco de Goya y Lucientes tras regresar de la tumba.
5-El perdonavidas
Esta modalidad de exabrupto sólo puede ser utilizada por gentes relacionadas con las artes plásticas. No es necesario ser un Velázquez para ejercer esta autoridad displicente y ofensiva. Aquí, en Alcoy, cualquier pintamonas o cualquier sacamantecas cultural pueden darse el gustazo de perdonarle la vida al autor del cartel de Fiestas. Se trata básicamente de mostrar superioridad y de envolver los habituales insultos gratuitos con una buena batería de argumentos técnicos, pronunciados con voz engolada y con una sonrisilla de hiena en la boca. Conviene subrayar que buena parte de los socios de esta doliente cofradía son tipos a los que el Ayuntamiento nunca les ha encargado pintar el cartel. Tipos con un gran concepto de sí mismos, que consideran que este olvido municipal es una injusticia histórica sólo comparable a la marcha del Banco de España a Alicante.
6-De pura cepa
Los defensores de esta línea filosófica han tomado prestado su argumento principal de otra maligna secta alcoyana: la de los insultadores profesionales de Fonèvol. Nuevamente, nos encontramos con unas palabras mágicas que valen para todo. Basta con decir “soy alcoyano de pura cepa” y a partir de ahí, soltar toda la bilis que uno lleva dentro. Tras informar a nuestro interlocutor de nuestra pureza étnica, podemos entrar de lleno en la demolición del cartel de Fiestas, en el insulto personal a su autor y en la descalificación sistemática de aquellos “idiotas” que osen defender la calidad de la pieza pictórica.
7-A lo bruto
En los casos más extremos no es necesario buscar motivos para desencadenar un ataque frontal contra el cartel de Fiestas. Somos alcoyanos, la obra está colgada en la fachada del Ayuntamiento y tenemos la obligación moral de ponerla a caer de un burro. Ayer hablé con un tipo que no dudaba en calificar de espantajo repugnante el cartel de los hermanos Piñero. Cuando le pedí explicaciones sobre su valoración negativa, me contestó con toda la convicción del mundo que no podía soportar las barbazas de hipster de los autores del cartel de la Trilogía de 2016. El tío se quedó tan ancho y yo me quedé de pasta de moniato.
NOTA FINAL
Aunque lo he intentado de todas las formas posibles, no he conseguido aplicar ninguna de estas siete normas al cartel anunciador de los hermanos Piñero. La obra que se descubrió el pasado día uno de abril me parece innovadora, divertida y de una calidad indudable. Por si esto fuera poco, tiene su puntito de provocación y ha desencadenado una buena polémica ciudadana, que ha permitido que miles de alcoyanos se desahoguen y se saquen de encima la mala sangre. No se puede pedir más.
Home Llopis, jo et veig prou de raó, pero al cap i a la fi acabes sent com el que critiques, perque aixóde una obra divertida, innovadora i «de una calidad indudable» aixó sembla una dotorada com les que has dit.