Así, como el que no quiere la cosa, el proyecto de polígono industrial de la Canal está a punto de cumplir sus primeros 30 años de vida. Era un miércoles 3 de mayo de 1995 cuando José Sanus y el conseller socialista Martín Sevilla firmaban el convenio para construir una gran área fabril junto a la carretera Nacional 340 (entonces todavía no había llegado la autovía) a la altura del cruce de Ibi. Se dijo que esta infraestructura estaría terminada en 1996 y que costaría mil millones de pesetas. No faltaron los piropos y se anunció “un polígono de vanguardia que también ejercería las funciones de parque empresarial”.
Tres décadas después, esta obra “estratégica, vital y urgente para el futuro de Alcoy” sigue en embarrancada en el punto de salida y no ha registrado ni el más mínimo avance. La historia ya la saben ustedes: el PP paraliza el proyecto de Sanus cuando controla la Generalitat y lo reactiva cuando Peralta aterriza en la alcaldía, los socialistas cambian radicalmente de postura cuando se instalan en la oposición, desde el gobierno municipal los populares se tiran 11 años cantando las excelencias de la Canal pero no mueven ni un solo papel para desbloquearla, después llega La Española y plantea un proyecto privado que finalmente es paralizado en los tribunales por las denuncias de los ecologistas y los colectivos ciudadanos; la cosa no se queda ahí y a finales de la pasada legislatura desde el PSOE y desde la Cámara de Comercio se rescata nuevamente el plan, al que se apunta entusiasmado el más incompetente y cínico de nuestros presidentes autonómicos: el inefable y siempre abucheado Carlos Mazón (con amigos como éste no hacen falta enemigos).
A lo largo de estos estériles treinta años, Alcoy ha tenido cuatro alcaldes diferentes y la Generalitat ha estado en manos de siete presidentes distintos. Hasta el mismo proyecto ha cambiado de nombre en varias ocasiones. Al principio todos lo designábamos con el nombre de toda la vida: polígono industrial. Después, sus defensores lo llamaron parque empresarial, como si esta fórmula semántica redujera la capacidad de contaminar de las hipotéticas fábricas. La Española rizo el rizo y puso sobre la mesa la palabra Alcoinnova, que suena a modernidad y que nos hace pensar en un Silicon Valley entre pinos y carrascas. La última hornada de defensores de esta obra ha optado por el concepto Alternativa Alcoy Sur, que viene a ser algo parecido a la misteriosa Área 51 del Gran Estado de Nevada pero sin nubes de explosiones atómicas.
A caballo entre dos siglos, el proyecto de la Canal sigue ahí, sin avanzar ni un milímetro. A pesar de que ha quedado demostrado que es una iniciativa absolutamente inviable, continúa generando discusiones como si fuera el primer día. Estamos ante un clásico de la política alcoyana y toca celebrar de alguna manera su treinta aniversario. Ahí, van algunas ideas.
El programa de actos se englobaría bajo un epígrafe clásico: “Alcoy: siete siglos de industria y 30 años de Canal”, con el subtítulo “…Y lo que te rondaré morena”. La concejalía de Turismo podría montar “La Semana Canalista”, en la que miles de alcoyanos se trasladarían al citado paraje disfrazados con monos azules de trabajo para recrear un futuro ambiente fabril en la zona y comerse de paso una paella gigante. Cada 3 de mayo, los alcaldes y los concejales que han defendido el proyecto se subirían al balcón del Ayuntamiento y allí recibirían las alabanzas o los improperios de los ciudadanos reunidos en la plaza, al término del griterío se dispararía un castillo de fuegos artificiales. Las organizaciones empresariales de la ciudad convocarían un concurso para jóvenes economistas bajo el título “Cosas de trellat que se podrían haber hecho en Alcoy con el tiempo que se ha perdido con la Canal”, el certamen estaría dotado con una jugosa beca y varios accésits en forma de visitas guiadas al paraje con comida de picnic incluida. Dado el carácter siempre misterioso del paraje, también se podría montar un ciclo de conferencias de parapsicología con títulos tan atractivos como: ¿Es la Canal el hijo tonto del Triángulo de las Bermudas?, ¿por las noches se captan psicofonías de alcaldes en los puntos más ocultos de la zona?, ¿es la chica de la curva la mujer que han visto varios automovilistas estos días o es una runner que vive en El Estepar?. Y así, sucesivamente hasta completar un programa de actividades que atraería hasta Alcoy a nuevas multitudes de turistas.
Digan los que digan sus detractores, después de tres décadas la Canal se ha ganado el derecho a formar parte del patrimonio inmaterial alcoyano, como el airuset, les baioses o la gente del puntet.
Pardiez que con la zurda doblegáis a los opuestos por el vértice. Sin piedad, pero con esmero sutil, la perseverancia en el enredo habéis puesto de manifiesto.
Albricias!!!