Me llamaron la atención las palabras de Zidane después del partido en el Sadar contra el Osasuna: “no ha sido un partido de fútbol”. El Real Madrid había empatado contra el Osasuna y Zidane se vio autorizado para determinar lo que es fútbol y lo que no que, por otra parte, es algo muy común entre los que viven en situaciones de privilegio: se dan el placer de decir lo que es y lo que no es lo que ellos hacen.

Seguramente piense que a lo que juega el Alcoyano y otros muchos equipos de categorías inferiores tampoco es fútbol. Es por eso que pienso que ya hemos ganado.

El partido ante el Huesca fue una demostración del equipo que tenemos: jugadores aguerridos, que no se rinden y que conocen sus capacidades. No dejamos de mirar a la cara al rival y tampoco dejamos que nos desordenasen en el campo. No siempre nos ha servido pero ante un Huesca descafeinado resultó.

El Real Madrid será otra cosa: aún recuerdo en la última eliminatoria que nos tocó jugar contra ellos como se contrataron a camareros para que sirviesen gintonics a directivos. Ahí ya supe que habíamos perdido. Nosotros, el Alcoyano, somos otra cosa, no podemos competir ni tan sólo tratar de emular los beneplácitos y las comodidades de una multinacional como es el Real Madrid y su mastodonte Bernabéu. Pero esta vez, afirmo: hemos ganado. Hemos ganado en el momento en el que los jugadores del Real Madrid tendrán que cambiarse en un vestuario con bancos sin numerar ni con sus caras en la pared, frío y con un sutil olor al butano que calienta las dependencias del club.

Si Zidane hubiese pensado la inmensa mayoría del fútbol que se juega en el mundo sabría que lo que no es realmente un partido de fútbol es lo que juega su equipo. El Real Madrid, como otros muchos “grandes”, son espectáculo y seguramente respondan a criterios de belleza. Son, en definitiva, una maquinaria hecha para disfrutar y para ganar, pero el fútbol de verdad está hecho para sufrir.

En el fútbol de verdad la pelota se mancha de barro, y los jugadores también. Tampoco existe el VAR ni la calefacción debajo del césped. Los jugadores sienten calambres al final del partido y les duelen los huesos del frío, en el fútbol de verdad lo normal es sufrir.

Hemos ganado porque se tendrán que medir a jugadores que cobran en un mes lo que ellos en un día, y se medirán de igual a igual. Hemos ganado porque no envidiaremos tener a Ramos en nuestro equipo, porque nos basta con Raúl. Porque no nos avergonzamos de estar donde estamos ni de jugar el fútbol que jugamos.

Hemos ganado porque nosotros sabemos lo que es el fútbol y el Alcoyano y sus jugadores llevan muchos años practicándolo. El fútbol humilde es el fútbol de todos, el fútbol de los mortales, donde no hay reservados con cubatas ni caviar, ni se cierran negocios multimillonarios, en nuestro fútbol se comen pipas y se reza para que no llueva.

Nuestra utopía pasa por sobrevivir a tres partidos claves en febrero: Hércules, Real Madrid y Orihuela. Sobrevivimos con utopías mundanas, con ilusiones terrenales.

Hemos ganado porque les demostraremos lo que es el fútbol, el de verdad. Eso sí, lo de ganar el partido, ya se verá.