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Punto de vista
El pasado como refugio
Los alcoyanos disfrutamos recreando nuestra Historia y parece que hayamos renunciado definitivamente a escribir sus nuevos capítulos
Javier Llopis - 26/09/2022
El pasado como refugio

El éxito multitudinario e incontestable de la última Semana Modernista confirma una de las principales señas de identidad de nuestro carácter colectivo: los alcoyanos formamos una comunidad que está mucho más cómoda con su pasado que con su futuro. Cualquier iniciativa que mire hacia atrás en el tiempo desencadena una oleada de entusiasmo y de participación popular. Esta sociedad funciona como un eficaz dispositivo de colaboración colectiva cuando se echa a la calle para presumir de alguno de los momentos más destacados de su historia. Este fervor por la tradición contrasta abiertamente con la falta de confianza en el porvenir, con un especial pesimismo que lleva décadas instalado en nuestra opinión pública y con una tendencia patológica a desconfiar de cualquier propuesta política, económica o cultural, en la que se plantee abrir nuevos caminos. Alcoy y los alcoyanos somos así; en esta ciudad se eleva a los altares a los artistas muertos y se ignora por sistema a los creadores que tienen “la desgracia” de estar vivos.

Batallas legendarias de la Edad Media, hallazgos milagrosos de vírgenes en nuestras montañas, épocas doradas de la industria y de las artes, hazañas heroicas del movimiento obrero y seculares tradiciones navideñas. Estos son algunos de los pilares fundamentales sobre los que se basa nuestro imaginario festivo y cultural. Sobre estos grandes temas se  producen las grandes movilizaciones sociales alcoyanas. Los políticos saben que si salen a pescar en las aguas de las viejas glorias imperiales siempre acabarán sacando rédito. El último ejemplo ha sido el éxito obtenido por el gobierno de Toni Francés con el Modernismo, en donde las autoridades municipales han sabido tocar la tecla adecuada, provocando una espectacular reacción ciudadana y creando un potente hito donde antes no había nada.

Vestidos de moro, de  ayudante del Rey Mago o de industrial ricachón de principios del siglo XX, los alcoyanos disfrutamos recreando nuestra Historia y parece que hayamos renunciado definitivamente a escribir sus nuevos capítulos. Alcoy es una ciudad muy peculiar en la que se escenifica con brillantez una vieja manifestación callejera de obreras de los años 20 y en la que nadie sale a la calle para exigir responsabilidades por el fallecimiento de la mitad de los ancianos ingresados en el Hospital de Oliver. Alcoy es una ciudad muy peculiar, que dispone de un tren cuya actual “velocidad de crucero” es prácticamente la misma que disfrutaban los verdaderos protagonistas del Modernismo allá a principios del pasado siglo, sin que apenas nadie se escandalice por esta situación. Alcoy es una ciudad muy peculiar, en la que la nostalgia se ha colocado en la primera línea del frente del debate público, junto a otros grandes temas, como la economía, las infraestructuras, la sanidad o la educación.

Para entender este especial estado de ánimo y para explicarles a los visitantes que los alcoyanos no somos una pandilla de frikis que se pasan la vida disfrazados, valdría la pena echarle una mirada a las últimas décadas de nuestra historia. Alcoy –como Manchester, Sabadell o Detroit- es una de esas viejas ciudades industriales, que se han visto arrolladas por la nueva economía de la globalización; antiguos imperios manufactureros venidos a menos en los que el sonido de las máquinas y de las sirenas de las fábricas ha sido sustituido por un silencio opresivo, que pone los pelos de punta. Tras siglos de seguridad y de continuidad en un modelo productivo que pasaba de padres a hijos, llevamos ya un montón de años instalados en la más terrorífica  de las incertidumbres, sin que a nadie (ni gobiernos, ni emprendedores, ni sociedad en general) se le ocurra una alternativa viable para salir del agujero.

Enfrentados a un futuro amenazante, los alcoyanos hemos decidido refugiarnos en el pasado. Frente al vértigo de un modelo de ciudad en crisis imparable, nos instalamos a pensión completa en el territorio seguro de los viejos buenos tiempos. Nos vamos a vivir (aunque sea en plan teatrillo) a aquellos días en los que ésta era una ciudad más rica, más brillante y más famosa. Estamos ante un acto de reafirmación permanente, que adopta diferentes formas y versiones: desde el descomunal espectáculo coreográfico de los Moros y Cristianos, a la entrañable mirada kitsch de los festejos modernistas.

Uno de los elementos más positivos del carácter de los alcoyanos es su elevada autoestima, su alto nivel de orgullo patriótico. Dado que en el presente y en el futuro hay pocas cosas que celebrar; al final, decidimos poner en marcha la máquina del tiempo y regresar a aquellas épocas en las que está ciudad asombraba al mundo.  Es una opción lógica y comprensible, pero convendría no perder la perspectiva de la realidad ni la lista de prioridades, ya que corremos el peligro de acabar convertidos en un ente raro y autocomplaciente, situado a mitad de camino entre una voluntariosa peña de coros y danzas y una enorme empresa organizadora de eventos.

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COMENTARIOS

  1. Ramon Climent Vaello says:

    Me quito el sombrero, maestro Javier. Y me pongo a hacerte la ola. No sabes cuánto necesitamos tus reflexiones en un desierto arenoso como en el que nos revolcamos.

  2. Lluís Torró Gil says:

    Fantàstic, com sempre, Javier​. Jo afegiria un contrasentit més en aquesta atípica (i un tant distòpica) actitud alcoiana. Ens encanta vestir-se de (pretesos) guerrers medievals i de burgeois bon vivants dels anys 1920, però assitistim impassibles a la pèrdua irremeiable (i en bona part clarament consentida, si no provocada) del nostre patrimoni històric sense que pràcticament ningú alce ni la cella. No sé, a lo millor és per a que no ens caiga el monòcul d’atrezzo que ens hem posat per a eixir al carrer.
    [Ah, i que no se m’oblide: collonuda la foto. D’eixa realitat a la que recreem estos dies de setembre n’hi ha un món…]

  3. Ines Ubeda Candela says:

    Javier Llopis, te felicito por la reseña tan acertada que has hecho del sentir, pensar y comportarse del alcoyano «de toda la vida». No hemos avanzado nada. Se sigue viviendo de recuerdos y cualquier pasado fué mejor. Hace 10 años decidi cambiar de residencia porque ya no podía soportar más el inmovilismo de mis paisanos. Y es que tampoco te dejan espacio para poder avanzar. Si acudes a manifestarte, tienes que oír la misma frase desde tiempo inmemorial: «els mateixos de sempre». Si quieres mejoras sociales, sanitarias, personales…no hay modo de conseguirlas. Siempre hay algo que se opone y «deixem-ho com está», no vaya a ser que mejoremos. Alcoy ya no es referente en elegancia, en cultura, en arte, en educación, en comercio de calidad y precio…es una pena pero nuestra alcoyania y orgullo de casta ha sido precisamente la que ha dejado caer nuestro sistema social. La humildad es nuestra ciudad brilla por su ausencia. Es una pena.

  4. Adolfo Segui Olcina says:

    No hay más que decir.
    Todo lo ha dicho Javier.
    Sólo apuntar que la realidad nos mueve a meditar un poco, y eso siempre es positivo y confiamos que nuestros conciudadanos y los venideros que tengan acceso a estas reflexiones de Javier se muevan y provoquen alguna que otra reacción en favor del futuro de nuestra Ciudad.
    Enhorabuena Javier.

  5. Rafa Llinares says:

    La veritat es que tot lo que es fa en Alcoi a nivell de festa o representació queda ‘niquelat» de debò. Però després no tenim lo que iha que tindre per armar un dos de maig per lo que va pasar al nostres ancians del Hospital de Oliver, entre altres.
    Molt bona reflexió D. Javier…!!
    Salutacions…

  6. Mariluz Blanquer Guerola says:

    Pues estoy muy de acuerdo con todo lo que ha dicho Javier, y con las opiniones de las personas que han dejado los comentarios, pero aunque no estoy de acuerdo con muchas de las gestiones de este Ayuntamiento, no dejo de reconocer que este teatro modernista ha hecho que muchas personas tengan ilusión por vestirse con ropas elegantes o no tan elegantes de aquella época de nuestros abuelos y reunirse a ver un espectáculo, baile o concierto, y en cierto modo también este teatro ha hecho que hayan unos ingresos extras a restaurantes, hoteles, comercios, modistas, peluquerías… etc. ha venido muchísima gente de las comarcas y de las capitales cercanas incluyendo Castellón, Si, hemos vuelto a hacer una recreación del pasado, igual que lo son las Fiestas de Moros y Cristianos, pero esa recreación atrae personas que comen duermen e ingresan, y la economía se mueve. Si nuestro Ayuntamiento gestionará con más eficiencia la parte turística que Alcoy posee, puede que nuestro futuro fuera mejor, menos agobiante y seria otra opción más con la empujar hacia adelante, Me dan pena las opiniones negativas, seamos más positivos y eso, reaccionemos en favor del futuro de Alcoy.

  7. Àlex Agulló i Guerra says:

    Felicitacions per l’article. Personalment no li qüestionaria res. Si que haguera preferit que no repetires tantes vegades «los alcoyanos». I no es tracta de repetir alcoianes i alcoians cada vegada. Alternatives com «la gent d’Alcoi» «la ciutadania», «les persones… estan al nostre abast.
    Ara bé, més enllà del reconeixement i coincidència amb la teua visió, si que trobe a faltar la part més complicada. Com en el fet evident que critiques, no he llegit més que retalls de la nostàlgia que tan encertadament descrius. Et deixe caure el repte de publicar la continuitat. Eixes propostes de camí cap al futur. Ja t’anticipe que enumerar una llista de possibilitats és la part fàcil. Per al meu curt entendre la complicació comença després:
    Si la proposta l’ha plantejada alguns persona «dels meus», mel de ca Telm! Si no és així, mala barraca. I no calen més argumentacions, ni a Alcoi ni a Alfafara: Eixa proposta no la puc recolzar. No ha estat formulada per «la meua gent».
    El funcionament gregari: partidista, individualista, egoista, etc etc, ens condiciona i totes i tots, començant per mi, convençudes com si tinguerem tota la raó del món.

    I si bé ho penses, seria la part més complicada d’ajustar.

  8. Ana Carbonell Pastor says:

    Fantástico artículo Javier. Una reflexión que da mucho que pensar. Enhorabuena!

  9. David Espí Gilabert says:

    Molt bon article que reflexa una radiografia perpètua del caràcter alcoià, llàstima que capficar-se en mantindre tanta tradició folclòrica i rememorar tantes efemèrides de manera nostàlgica, no arreplegue el tret més important de la cultura alcoiana, açò és, el valencià d’Alcoi.

  10. Carmen Ferrando says:

    Es un artículo estupendo.
    Veo que mi pueblo no prospera y si lo hacen los colindantes. Alcoy no ayuda a sus industrias. Los políticos sólo están pendientes de encuestas y si de si ganan o pierden elecciones. Es penoso!Lo políticos han de gobernar para todos y no solo para sus votantes.
    Desde la distancia, miro el futuro con pena, estoy orgullosa de ser alcoyana, pero suspendo a los políticos.
    El » meu poble Alcoi» necesita apoyo y empuje. Luchemos por ello!

  11. Lola says:

    Com de necessari és aquest article. No es pot explicar millor. Portem anys veient com el futur se’ns esmicola entre els dits i ningú fa res, i com la gent, complaguda amb aquestes festes, oblida les necessitats reals del poble. Esperem que aquestes paraules ens servisquen per reflexionar i millorar.

  12. Vicent Agulló says:

    És un treball per a la reflexió i per tan interessant i afegiria que imprescindible per a llegir en la seua totalitat.

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