No sé si existe una forma científica de averiguar si Alcoy ha batido todos los records mundiales de abrazos durante las pasadas Fiestas. A falta de una confirmación técnica, sí se puede asegurar que los alcoyanos empezaron a abrazarse con un furor inédito a primera hora de la tarde del Día de los Músicos y no pararon hasta bien entrada la madrugada del Alardo. El abrazo –sonoro, gritón y efusivo, como manda la tradición local- ha sido sin ningún género de dudas el gran protagonista de la Trilogía de la postpandemia. La recuperación de la Fiesta, de la calle y del contacto directo vivida en este abril de 2022 forma parte ya de nuestra historia social y nos muestra un insólito pico de alegría unánime y colectiva, vivido por una ciudad que ha celebrado hasta la extenuación el final de dos años negros, que la llenaron de tristeza y de miedo.
Los primeros síntomas de esta extraña epidemia empezaban a manifestarse en la tarde del 21 y se mantuvieron con mayor o menor intensidad a lo largo de los tres días siguientes. Tipos que se habían visto el día anterior en el trabajo, se saludaban con entusiasmo como si llevaran meses sin verse; personajes de antipatía legendaria se transformaban en cariñosísimos saludadores y repartían palmaditas en la espalda a diestro y siniestro y vecinos que apenas se dirigen la palabra se paraban los unos a los otros en la calle San Nicolás para desearse buenas Fiestas en medio de un despliegue de sonrisas y de cumplidos. Era prácticamente imposible caminar por una calle del centro sin encontrarse con gente abrazándose. Como una especie de reflejo gestual, el contacto físico se convertía en un perfecto instrumento para mostrar la euforia y para expresar la satisfacción de reencontrarnos con la Fiesta tras haber superado el mal trago de una pandemia mundial.
Acabamos de vivir una potente explosión social. La masiva asistencia a todos los actos del programa y la intensidad de los aplausos con los que se recibían a los cargos dejan muy claro que éstas era unas Fiestas muy especiales. Las crónicas de la Trilogía Festera de 2022 no hablarán de boatos, de diseños rompedores ni de fluidez en los desfiles. Las crónicas de la Trilogía Festera de 2022 hablarán de miles de personas, que se echaron a las calles en multitud para celebrar la vida y para recuperar las primaveras perdidas.