Alcoi fue la primera experiencia de Jose García fuera de su tierra natal. “Estoy contento”, afirma con su experiencia en el Alcoyano. “Llegué un poco pasado de peso y con los ánimos muy bajos. La salida de Osasuna me dejó sin ilusión, pero la verdad es que fue llegar aquí y todo el mundo me ayudó mucho”.A su padre lo dejó como el jefe de la casa: “aita, ahora ya mandarás tú en casa», le dijo en broma.
El escritor Albert Espinosa decía que los grupos de amigos suelen ser de cinco personas y cada una de ellas ocupa un rol en la cuadrilla: la persona líder, la segunda líder (que sería la líder en caso de no estar el primero), la guapa, la inteligente, la imprescindible. Pues con Jose García no habría duda en atribuirle un rol: el de líder. Incluso de cachondeo su madre le dice que es “el jefe de los tontos”.
En Alcoi la adaptación no fue ni mucho menos traumática, pero los inicios fuera de casa siempre son duros y agradece lo que el club le ayudó. No repara en palabras tampoco para el que fue su primer entrenador fuera de Navarra, Toni Seligrat, “fue, por así decirlo, un padre para mí durante un principio que fue duro, pero ahora ya siento que esto es mi vida”.
La juventud en el fútbol también es una cara y una cruz, los jugadores se ven forzados a salir de casa pronto para evolucionar, alejarse de su familia para forjarse un futuro que no consiguen en su tierra, pero parece que si no eres Neymar, viajando desde Brasil a Barcelona con un séquito de amigos acompañándote bebiendo champagne caro en un vuelo charter, eso ni se ve, ni se reconoce. “En Segunda B y en Segunda somos personas totalmente normales, incluso muchos jugadores de Primera”, afirma queriendo desmitificar un poco la figura del futbolista de Primera que vive en una burbuja, “evidentemente no es lo mismo si eres un Messi o un Cristiano, que para conseguir tranquilidad tienen que ir a sitios exclusivos y demás, pero lo cierto es que la gente les empuja a eso”. Y no le falta razón, nunca se nos ha dado bien a los aficionados ponderar el equilibrio entre la intimidad de un personaje público con nuestro deseo de hacernos una fotografía, de exigirles más esfuerzo o de hacerles saber lo mucho que les admiramos. En ese aspecto Jose García cree que en el fútbol está mal visto divertirse fuera del campo: “evidentemente te gusta salir con los amigos, e igual vienes de malos resultados y la gente que te ve y te conoce piensa que te da igual” pero a Jose García, por su afán competitivo nunca le ha dado igual, “soy el primer perjudicado cuando pierdo y me voy a casa jodido, pero eso los aficionados muchas veces no lo entienden”.
Hay más formas de abstraerse y el tenis, para Jose García es una de ellas. A él le gusta de verdad, no como a Joaquín, me bromea. Las series, las benditas series, qué millennial no ve series, José Garcia ha seguido Prison Break y Escobar, Patrón del Mal, la serie de producción latinoamericana referente sobre la vida de Pablo Escobar antes de la superproducción de Netflix ‘Narcos’ y, cómo no, lo ha intentado con Juego de Tronos, pero la fantasía no va mucho con él.
Afirma ver pocos partidos de su categoría, Seligrat era una de las cosas que animaba hacer a sus jugadores, ver partidos de su división y les recriminaba ver “fútbol de mentira”, así llamaba Seligrat al fútbol de Primera División”, pero el fútbol no sólo, a veces, es una mentira o de mentira en Primera División, también en las categorías inferiores lo es, “a veces piensas eso porque da la sensación de que somos marionetas: si estás bien y el entrenador cuenta contigo, adelante; si no a veces te tratan casi como un inválido, y lo pasas muy mal, pero cuando realmente estás bien y disfrutas, el futbol es lo más bonito”. Como en todo siempre hay gente que se come más la cabeza y gente más pasota o, mejor dicho, que sabe llevar mejor sus expectativas, Jose García es de los primeros “si no juego, siempre me pregunto por qué será, pero bueno, es parte de este fútbol”.