Acaba la campaña electoral y nos deja su inevitable rastro de promesas disparatadas y de agobiantes infinitivos en los carteles. Socialistas y PP intentan darle vida al cadáver del bipartidismo con un debate a dos bandas y centenares de ciudadanos siguen creyendo que Podemos se presenta a las municipales. Por si alguien no se había dado cuenta, Esperanza Aguirre vuelve a demostrarnos que es una mala persona. Muy mala.
No ha pasado nada
Aquí no ha pasado nada. Los socialistas no cayeron hasta los siete concejales en las pasadas elecciones, logrando el peor resultado de su historia y necesitando las muletas de Compromis, y de EU para gobernar. El PP no ha estallado en pedazos tras sufrir la huida de tres concejales tránsfugas y la feroz competencia de una candidatura de Ciudadanos. Aquí, en Alcoy, no ha pasado nada. Toni Francés y Rafa Miró se organizan un debate electoral por su cuenta y riesgo para intentar insuflarle algo de vida al cadáver del bipartidismo. A los dos les conviene dar esa falsa sensación de poder y de continuidad con un pasado de “pa i peixet”. Tiene más delito lo de los socialistas, que tras utilizar los servicios de EU durante toda una legislatura, los desprecian en plena campaña y los ignoran como a una fuerza irrelevante. Estamos ante la política del usar y tirar, que desde siempre ha contado con el apoyo inquebrantable de un sector de la izquierda (PCE, L’Entesa o EU) dispuesto a mantener gobiernos del PSOE, aunque los socialistas los traten como a piltrafas a la primera ocasión. Con su proverbial mala leche, los italianos definen estas actitudes consentidoras con dos palabras: cornuto contento.
La tortuga y el correcaminos
El gobierno más soso de la historia democrática de Alcoy se vuelve loco en plena campaña electoral y llena la ciudad de obras, de anuncios de proyectos y de promesas de reducciones de impuestos. El PSOE se ha desatado e intenta convencernos de que la tortuga se ha transfigurado en el correcaminos. En cuatro años no han logrado solucionar el problema de los accesos al polígono Santiago Payá, pero ahora nos tenemos que creer un ambicioso plan para convertir los terrenos de la Colonia de Aviación en una zona de servicios para el barrio de Santa Rosa. Hay algo obsceno en la hiperactividad de los socialistas concentrada en una pocas semanas, si se piensa que el acelerón llega tras una legislatura al borde del encefalograma plano. Sobre la ciudad flota el inconfundible aroma del camelo electoral. Los alcoyanos vuelven a ser tratados como menores de edad y sus gobernantes vuelven a entonar el viejo “a ver si cuela”.
Desgana
Mi amigo el experto detecta síntomas inequívocos de desgana en la campaña electoral del PP de Alcoy. Con su sexto sentido para olisquear la política local, me confiesa que la campaña de Rafa Miró le recuerda a la última de Pepe Sanus; aquella en la que el PP de Peralta y Sedano iba desatado en actividades y en propaganda, mientras los socialistas caminaban pachorrudos sin el más mínimo entusiasmo. La discusión llega a la hora de analizar las causas de esta aparente falta de apetito político ante unas elecciones en las que los populares se lo juegan todo. Mi amigo el experto apunta tres posibles explicaciones: el PP está muy tocado tras una legislatura en permanente crisis interna, las huestes de Rafa Miró son novatas en estas lides y se les nota mucho la bisoñez y finalmente, la familia popular alcoyana está trufada de malévolos submarinos, deseosos de que la actual dirección del partido se pegue el gran ostión.
Votar a Felipe González
Puede que se hayan emitido decenas de comunicados de prensa, puede que el asunto se haya difundido por activa y por pasiva por las redes sociales, por las radios y por los periódicos y puede que se hayan celebrado innumerables asambleas informativas, pero lo cierto es que a tres días del 24-M todavía hay centenares de alcoyanos que creen que Podemos se presenta a las elecciones municipales. Hay amplios sectores de la población a los que no les llega esta información y que están convencidos de que, por alguna extraña regla de tres, todos los partidos se presentan a todas las elecciones. En los años ochenta, miles de ciudadanos acudían a las urnas dispuestos a votar a Felipe González, aunque los comicios fueran municipales, autonómicos o europeos. Todavía no se ha inventado ninguna vacuna para curar el desinterés por la política. Miles de votantes dedican más tiempo a informarse sobre las hazañas amatorias de Belén Esteban que a estudiar los programas de los partidos que decidirán sobre sus vidas y haciendas a lo largo de los próximos cuatro años. Como decía aquel cantante italiano tan hortera: “lo siento mucho, la vida es así, no la he inventado yo”.
Se impone la lógica
Luis Bárcenas solicita su reingreso en el PP. La lógica se impone. Un tipo procesado y encarcelado por corrupción pide entrar en el partido que ha convertido la corrupción en su marca de fábrica. No podía ser de otra forma. ¿Alguien se imagina al engominado ex contable solicitando la afiliación en Podemos?. A Bárcenas le fue cojonudamente trabajando en las filas populares y lo normal es que quiera recuperar su empleo. Puede que sea un corrupto, pero idiota no es.
Mala persona
No hay atenuantes de ningún tipo: Esperanza Aguirre es una mala persona. Su vomitivo papel durante el debate con Manuela Carmena, acusando de apoyar a ETA a una juez que estuvo amenazada por el terrorismo, nos sitúa ante personaje implacable, capaz de utilizar cualquier medio para conseguir sus objetivos. La candidata del PP a la Alcaldía de Madrid desprende hectómetros cúbicos de mala baba y resulta del todo imposible encontrar un resto de humanidad en una política dispuesta a recurrir a los métodos más sucios para machacar a sus contrincantes. La presunta simpatía castiza de esta aspirante a Margaret Thatcher ha desaparecido en unos pocos segundos, al comprobarse en vivo y en directo que estamos ante alguien con una ambición desaforada, que puede alcanzar unos niveles de crueldad inusitados, incluso para el salvaje mundo de la política española. La remota posibilidad de que un personaje de esta catadura moral se haga algún día con el control del PP, desplazando a Mariano Rajoy, provoca pánico y sudores fríos.
Infinitivos
Aseguran los especialistas en comunicación y semiótica que el uso de los infinitivos en los eslóganes políticos es una práctica de la que se debe huir de forma sistemática. Estos genios del birlibirloque señalan que este tiempo verbal carece de fuerza, transmitiéndole al votante una sensación de debilidad y de falta de fe en las propuestas de un determinado partido. A pesar de estas recomendaciones, los carteles de esta campaña electoral están plagados de infinitivos y en algunos momentos, el ciudadano se siente como si estuviera asistiendo al diálogo peliculero entre un vaquero y un jefe indio: “Tú sentar con gran jefe Nube Roja y fumar pipa de la paz”.
Com sempre, estant d’acord amb el conjunt de comentaris de Javier, em sent obligat a matisar les afirmacions que es refereixen a nosaltres (PCE-Entesa-EU, vull dir). Té tota la raó del món quan diu que el PSOE sempre ens maltracta. Ja no en té tanta, però, quan diu que «desde siempre ha contado con el apoyo inquebrantable» (el nostre, vull dir).
Caldria recordar que en el 95 no vam votar la investidura de Sanus i que vam entrar a governar després de pactar els pressupostos següents i amb un acord de legislatura. També que, després de l’escissió de Nova Esquerra, EU va trencar amb el PSOE l’any 98 pels seus manifests incompliments d’aquell acord. I, a més, encara que després d’un intens procés participatiu vam tornar a arribar a un acord amb el PSOE en el 99, vam trencar als 9 mesos per la flagrant traició al que s’havia signat (privatització dels autobusos, primer, i de l’aigua, després); un trencament en el que ens va acompanyar NE. I en aquesta legislatura, a més de mantindre posicions clarament diferenciades en molts temes i d’haver patit entrebancs en algunes qüestions importants, hem vorejat el trencament quan el PSOE ha estat balancejant-se en la corda fluixa de La Canal.
No és dolent simplificar si el que es pretén és la clarificació, però sense oblidar detalls que puguen qüestionar allò que es pretén demostrar.
I acabe amb una reflexió. Imagineu-vos que EU hagués esquivat la seua responsabilitat en aquests acords. Què podria haver passat? Feu l’exercici de política-ficció i després jutgeu l’expressió que ens dedica Javier; allò de ‘cornuto contento’. No sé a vosaltres, però a mi em sembla extremadament injust…