El no puente de San José llega con un tiempo de perros; con una climatología puñetera, que convierte las calles de Alcoy en un escenario londinense. La semana discurre entre los flecos del contencioso municipal contra Alcoinnova y en medio de un continuado debate sobre encuestas electorales. Estamos en campaña y el mundo nos sonríe.
Lluvias y bautizos
Un amigo murciano definía la climatología que ha padecido Alcoy durante esta lluviosa e inclemente semana de marzo con una frase muy gráfica: “hace un tiempo para bautizar hijos de puta”. Según este peculiar diagnóstico meteorológico, antiguamente las familias de orden aprovechaban días como estos para ir a la iglesia de forma disimulada y celebrar con rapidez el bautismo de los bebés concebidos por alguna hija descarriada. Era un macabro ejercicio de hipocresía social, que utilizaba la climatología adversa como tapadera para escapar del qué dirán y de los comentarios maliciosos del vecindario. Aunque afortunadamente este tipo de prácticas ya ha pasado a la historia, hay que coincidir en que resulta imposible imaginar un tiempo peor que el que ha sufrido Alcoy durante el no puente de San José. La calle de San Nicolás parece Londres y uno espera con cierto morbo a que aparezca Jack El Destripador por alguna esquina tapada por la niebla.
Estrellas invitadas
Se acercan las elecciones y los partidos buscan con desesperación personajes independientes para darles lustre a sus listas. Aunque se repita de forma sistemática, este fenómeno sigue siendo muy sorprendente: una formación política concurre a las urnas, asegurando que tiene la solución a todos nuestros males, y presenta como estrella de la candidatura a un personaje cuyo mérito principal es no estar afiliado a esa formación política. Se tantea a profesores de universidad, a cantantes, a actores y a periodistas en pos del ansiado mirlo blanco; en un intento de convencer al electorado de que nuestra opción política está abierta a la sociedad. Este continuado recurso a las ayudas externas supone el reconocimiento de la situación de desprestigio que viven los partidos políticos.
Marear la perdiz
El PSOE alcoyano pasea por tierra, mar y aire su espectacular conversión en el tema de Alcoinnova. Tras cuatro años de ambigüedad calculada y de repetir aquello de “no podemos hacer nada para pararlo si lo aprueba el Consell”, los socialistas se unen a EU y Compromis para presentar un contencioso judicial contra el ATE de la Canal. La ofensiva informativa para explicar el cambio de postura manda un mensaje central: estamos dispuestos a negociar con La Española ubicaciones alternativas, como la zona de Pagos. La opinión pública se queda con la sensación de que los socialistas han hecho un largo viaje de cuatro años para volver a la casilla de salida: la oposición frontal a cualquier plan industrial en la Canal. Vuelve el sentimiento de la legislatura perdida; se instala entre los ciudadanos la sospecha de que si esta hipotética oferta de negociación se hubiera hecho en el primer tramo de este mandato municipal; a lo mejor, ahora las cosas estaban un poco más claras, tanto para la ciudadanía como para la propia empresa. El PSOE de Alcoy ha dictado una lección magistral del viejo arte de marear la perdiz. Algún día, alguien tendrá a bien explicar las causas de esta errática conducta.
Empujones
Un dato, que a lo mejor explica muchas cosas. A lo largo del pasado mes de enero el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, fue entrevistado en 19 ocasiones por televisiones de ámbito nacional. Estamos ante un empujón mediático en toda regla. Estamos ante la prueba del algodón del último fenómeno político español: un partido minoritario, creado para funcionar exclusivamente en Cataluña como respuesta al nacionalismo, que en sólo unos meses se ha convertido (siempre según las encuestas) en la cuarta fuerza política del país, amenazando a Podemos, al PP y al PSOE y desplazando a ilustres veteranos como IU y la UPyD. La acumulación de casualidades dispara todo tipo de teorías. Para unos, Ciudadanos es una especie de monstruo de Frankenstein construido por el gran capital con el objetivo de frenar el efecto Podemos. Otro piensan que estamos ante un caso típico de contraprogramación: Podemos se creó para debilitar al PSOE y Ciudadanos se crea para debilitar al PP. Finalmente están los que han llegado a la conclusión de que los de Albert Rivera son simplemente unos tipos muy listos, capaces de moverse con habilidad entre un electorado volátil y desorientado, dispuesto a apuntarse a un bombardeo con tal de escapar del inmenso aroma a muermo que despiden los grandes partidos.
Zurrarse entre amigos
En los foros de debate de internet de la Comunitat Valenciana nace un nuevo género epistolar, que se podría definir con el alambicado título de “Gente de izquierdas, que se dan ostias entre ellos con una furia digna de mejor causa”. Personas con planteamientos ideológicos muy cercanos utilizan los servicios de la red para zurrarse y lanzarse todo tipo de acusaciones mutuas y de insultos. Participan todos: los del PSOE, los de Compromis, los de IU y los integrantes de los diferentes movimientos ciudadanos. Hay muchas siglas disputándose un mismo espacio político y el resultado es el previsible: corren las bofetadas dialécticas. Aunque el debate y el contraste de pareceres es uno de los patrimonios de la izquierda, esto empieza a parecerse sospechosamente a una batalla campal.
Y fueron felices
Principio básico de la política española: todos los problemas se arreglan cuando llega una campaña electoral. El Ayuntamiento de Alcoy consigue superávit en sus maltrechas cuentas, la Generalitat jura que pagará todas las deudas, los centros asistenciales paralizados durante años abrirán en unos días y el alcalde se hace fotos inaugurando todo tipo de cosas. Cambian los tiempos, pero las viejas costumbres permanecen inalteradas: todos los partidos del arco parlamentario coinciden a la hora de tomarnos por idiotas y de intentar convencernos de que los perros se atan con longanizas. Son sólo un par de meses, después las cosas volverán a la triste normalidad de siempre.
¿Qué hacer?
Los periódicos y las teles vienen llenos de explicaciones y de consejos para ver el eclipse de sol de este viernes. Ofrecen a sus lectores y a sus espectadores cumplidas guías para ver este fenómeno astronómico irrepetible sin sufrir daños en la vista. Dan detalles cumplidos sobre las mejores ubicaciones para asistir como testigos privilegiados a la gran conjunción astral. Nos proporcionan exhaustivos informes históricos y todo tipo de infografías. Sin embargo, a nadie se le ha ocurrido responder a la gran pregunta: ¿qué demonios hay que hacer si el día sale nublado?.