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Punto de vista
La semana: el alcalde alcoyano de la capital, los vacíos del cuadro de honor y los primeros pasos del tuneado arquitectónico
Javier Llopis - 16/01/2015
La semana: el alcalde alcoyano de la capital, los vacíos del cuadro de honor y los primeros pasos del tuneado arquitectónico

Un alcoyano, Miguel Valor, se convierte en alcalde de Alicante y asume la difícil tarea de rescatar al Ayuntamiento de la capital del infierno del desprestigio en el que se encuentra sumido. La semana viene marcada por el cabreo de Compromis ante el incumplimiento de los compromisos presupuestarios y por una nueva reivindicación de Fonèvol, que plantea la necesidad de que haya mujeres en el cuadro de honor del Casal.

Honores merecidos
Las dos transformaciones más importantes que han vivido las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy en los últimos treinta años están exclusivamente protagonizadas por las mujeres. En primer lugar, llegó la masiva incorporación femenina en ballets y coreografías; un fenómeno que cambio para mejor la cara de las Entradas y que contribuyó a darles mayor brillantez a los desfiles. En segundo lugar, hay que referirse al aterrizaje en los festejos de más de mil festeras, que han optado por vestir el traje femenino de las filaes, en una situación claramente generada por la presión permanente aplicada por Fonèvol a las inmovilistas estructuras festeras. Teniendo en cuenta estos precedentes, resulta muy difícil justificar que la Asociación de San Jorge no haya designado a ninguna mujer como festera o consellera de honor. En un artículo de prensa, Fonèvol pone sobre la mesa está situación y nos recuerda a todos que sigue existiendo una lista interminable de agravios y de discriminaciones que hemos asumido con una insólita normalidad.

Las culpas del presupuesto
Los de Compromis hacen los números del año pasado y les da un resultado muy feo. Los nacionalistas recuerdan la larga lista de proyectos que incluyeron en los presupuestos de 2014 a cambio de su apoyo a las cuentas municipales del dúo PSOE/EU y denuncian que prácticamente ninguna de estas iniciativas se ha convertido en realidad.  El concejal David Abad describe con pelos y señales lo que sólo puede ser calificado como una clásica tomadura de pelo: te prometo el oro y el moro si me ayudas a salir del trance y después, te aplico el si te he visto no me acuerdo. En estas condiciones, parece totalmente imposible que Compromis apoye los presupuestos municipales de este 2015 y es de prever la llegada de las elecciones con un ayuntamiento con las cuentas prorrogadas. Si me engañas una vez la culpa es tuya; pero si me engañas dos veces, la culpa es mía.

Crónica de un fracaso
Un trabajo periodístico absolutamente imprescindible en el Cuaderno Dominical del diario Información. A lo largo de seis páginas, el periodista Pep Torrent nos explica de forma detallada y clara las razones del fracaso de ese proyecto colectivo denominado Comunitat Valenciana.  “La irrelevancia (política) de los invertebrados” es un cumplido informe en el que se habla de la incapacidad de esta autonomía para crear y para creerse un modelo propio de desarrollo. Torrent habla de unas clases dirigentes instaladas en la patética servidumbre hacia Madrid y del eterno enfrentamiento entre Alicante y Valencia. El autor nos describe un país en el que nunca se ha ejercido la sanísima práctica de “fer país” y califica a Alicante como una provincia inexistente, con una mitad que mira a Valencia, con otra que mira a Murcia y con una capital ensimismada, que no ejerce ninguna clase liderazgo. Nota: el informe contiene un ranking de facturación de las 50 primeras empresas de la Comunitat Valenciana: no hay  ninguna de Alcoy y tampoco hay ninguna de la comarca.

Dos billetes de autobús
El hombre camina con muchas dificultades con la ayuda de dos muletas. Lo acompaña una mujer menuda de mediana edad con cara de cansancio. Llegan a la parada de autobús del Hotel Reconquista. Él pregunta: ¿cuántos viajes nos quedan?. Ella saca un bonobús de un viejo bolso que ha conocido tiempos mejores, lo mira y contesta: sólo nos quedan dos. Cruzan las miradas y sin intercambiar ni una palabra, enfilan el puente de San Jorge y siguen a pie su camino. Viendo la humildad de sus ropas, prendas castigadas por el tiempo y por el uso, se llega automáticamente a una conclusión durísima: el precio de un billete del transporte urbano es un gasto inasumible para la maltrecha economía de estas dos personas, que han decidido guardarse los dos viajes para mejor ocasión. Es un miércoles por la mañana en Alcoy. Es un miércoles por la mañana en un país cuyo Gobierno asegura que hemos superado la crisis y que nos hemos convertido en la nueva locomotora europea.

Insensibilidad
El periodista Luis Prados publica un artículo en El País en el que pone en evidencia una situación difícil de explicar. Tras el atentado contra la revista francesa Charlie Hebdo  se han producido manifestaciones de rechazo en todo el mundo occidental. Ciudades como Washington, Londres o Berlín han albergado actos de protesta masivos. En España no ha habido ningún partido político, ninguna organización de la sociedad civil, ni ninguna institución que haya convocado a la gente a movilizarse contra el terror y a favor de la libertad de expresión. Prados expresa su estupor ante una realidad incomprensible: la muerte del perro Excalibur sacó más españoles a la calle que el asesinato de los redactores de una revista humorística francesa. Sólo hay una explicación posible para este insólito ejercicio de insensibilidad social: España es uno de los pocos países de este mundo en el que el terrorismo forma parte del debate político, España es una de las pocas naciones civilizadas en las que los muertos en atentado son utilizados como un arma en la estrategia política. El que tenga alguna duda al respecto, sólo tiene que recordar la infecta discusión que sucedió a los atentados del 11-M en los que murieron 192 personas. Contempladas las cosas desde este punto de vista, no es extraño que se haya pasado de puntillas sobre los graves sucesos vividos en Francia la pasada semana y que nadie haya querido arriesgarse a afrontar las consecuencias políticas de una toma de postura ante este asunto.

Y Miguel Valor subió a los altares
Alicante ya tiene alcalde alcoyano. Miguel Valor se vio arropado en su proclamación por lo más granado del PP valenciano, incluido el presidente de la Generalitat. Con este gesto la cúpula popular ha querido marcar distancias con la ex alcaldesa Sonia Castedo, que hoy deberá declarar ante un juez.  Al ex concejal de Deportes del Ayuntamiento de Alcoy se le ha encargado una misión prácticamente imposible: poner algo de orden en el desastre alicantino, que ha convertido a “la millor terreta del món” en carnaza para el Intermedio. Los durísimos discursos de los partidos de la oposición durante el acto de investidura anunciaban que Valor no tendrá las cosas fáciles.

Decorados
La decisión de colocar una lámina metálica en forma de campana en la ermita de Sant Antoni para sustituir la campana que fue robada hace dos años abre un campo ilimitado de posibilidades para Alcoy. Aplicando este mismo sistema, se podría recuperar el maltrecho casco histórico de la ciudad en un par de semanas, a base de colocar fachadas de decorado de cartón piedra en los solares vacíos. También se podrían utilizar estas mismas técnicas de tuneado arquitectónico para rehabilitar viejas fábricas y para disimular el infame espectáculo de las casas de La Estambrera o de la urbanización de Serelles. Alcoy, ciudad pionera.

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