Ecos monárquicos y republicanos en una semana abundante en polémicas gratuitas. Rafa Miró anuncia que sí, que está dispuesto a ser candidato a alcalde. Llegan los primeros calores y la Generalitat sigue castigando al Ayuntamiento y a todos los alcoyanos.

El síndrome de Canalejas

A los alcoyanos nos vuelve locos el pasado. Es una dolencia estrictamente local, que hace que cualquier cosa relacionada con los buenos viejos tiempos se convierta de forma inmediata en un éxito de masas. El investigador Ricardo Canalejas lleva un puñado de años arrasando el mercado editorial local con una fórmula simple, pero muy efectiva: libros de fotografías antiguas, en los que los alcoyanos nos podemos ver a nosotros mismos y a nuestra ciudad con cuarenta o cincuenta años menos. La llegada de la modernidad de internet ha acentuado esta tendencia y en las redes sociales se dispara hasta el infinito cualquier asunto que tenga que ver con imágenes en color sepia o con historias entrañables de un ayer omnipresente. El síndrome de Canalejas, así se podría llamar esta nueva enfermedad, ha sido estudiado por psicólogos y sociólogos de todo el mundo. El diagnóstico es de Perogrullo: a los alcoyanos no les gusta ni su presente ni su futuro y por eso, han optado en masa por volver la vista hacia su pasado. Empezamos a ser una ciudad vintage y no es casualidad que los museos nos crezcan como setas.

Una de misterio

Misterio en el salón de plenos. La primera sesión tras la abdicación del Rey se celebra con una ausencia importante: la del retrato de los monarcas, que ha dejado de presidir el templo de la democracia municipal alcoyana. Ante este inexplicable suceso, una batería de preguntas: ¿por qué se ha retirado la foto, si todavía no se han completado los trámites administrativos de la renuncia de Don Juan Carlos I?, ¿entiende nuestro Ayuntamiento que en estos momentos España es un país sin Rey?, ¿quién ha sido el encargado de retirar el retrato y dónde lo tienen guardado?, ¿ha recibido la corporación alguna imagen oficial de Felipe VI o tendrá que recortarla del Hola de esta semana?, ¿la efigie del nuevo Rey se colocará también de tapadillo en la noche del día 19 de junio o se hará alguna ceremonia oficial con banda de música?, ¿alguna empresa fotográfica tiene la exclusiva de las fotos oficiales de los nuevos monarcas y si la tiene, qué va a hacer con la millonada que ganará repartiendo copias por colegios y todo tipo de instituciones oficiales?.

Todos contentos

Técnicamente este tipo de iniciativas parlamentarias se conocen con el nombre de mociones trampa. Un grupo minoritario presenta una determinada propuesta, perfectamente consciente de que va a ser rechazada por los grupos mayoritarios, con el único objetivo de poner en evidencia al contrincante y de sacar unos cuantos gramos de rentabilidad política. La última sesión plenaria de Alcoy ha sido un ejemplo perfecto de esta práctica inútil y absolutamente prescindible. Compromis y EU pidieron un referéndum sobre monarquía o república, viendo descartada su propuesta por los votos del PP, PSOE y no adscritos. Los socialistas adornaron la función con la presentación de una estrambótica enmienda trampa. Al final, todos se fueron tan contentos a sus casas, convencidos de que en vez de protagonizar un debate inútil, le habían prestado un gran servicio a la ciudad. Esta gente tan extraña se contenta con cualquier cosa.

Alcoyanos “en panxa”

Ni termómetros, ni meteorólogos. Hay una manera infalible de saber que los calores veraniegos han llegado a Alcoy. Cuando uno se encuentra por la calle a los “chonis” del barrio con el torso desnudo, con la camiseta colgando de la cinturilla del pantalón de chándal y enseñando diez centímetros de calzoncillo, puede dar por supuesto que el buen tiempo ya está aquí para quedarse  y que las temperaturas no van a bajar de los 27 o 28 grados hasta septiembre. Sin saberlo, esta nueva generación de jóvenes ha roto siglos de tradición indumentaria alcoyana. Hasta su llegada, la única forma de ver a un alcoyano “en panxa” pasaba por encontrárselo en la Piscina Municipal o paseando por la playa de Piles o de Bellreguard.  Los varones de esta industriosa ciudad hemos sido siempre muy mirados con el vestir y todavía quedan señores mayores que consideran que ir al centro en pantalón corto es una falta de respeto para sus conciudadanos. De la mano de los “chonis” entramos en una nueva etapa de nuestra historia.

Todo o nada

Rafa Miró despeja dudas en el diario Información y anuncia su “disposición” a ser candidato a la Alcaldía por el PP. El director general de Trabajo asume un papel para el que ya estaba predestinado desde que se hizo cargo de la presidencia local de partido. Se enfrenta a un reto muy complicado; algunos dicen que a un auténtico marrón. Las divisiones internas en Alcoy, el desprestigio general del PP autonómico y los terribles resultados obtenidos en las elecciones europeas son cargas muy pesadas para una formación, que se enfrenta a las próximas elecciones con un único objetivo: recuperar la Alcaldía de la ciudad. Es un todo o nada, del que la carrera política de Miró puede salir relanzada o arruinada para siempre.

El amigo de Valencia

Desde Valencia sólo llegan malas noticias. La Generalitat recorta un 45,3% sus aportaciones al Ayuntamiento en materia de Servicios Sociales, mientras mantiene una deuda de 900.000 euros con la corporación. La administración municipal se enfrenta sin ayudas externas al principal problema de la ciudad: la atención a los colectivos más golpeados por la crisis económica. Y luego se extrañan de que las visitas de Alberto Fabra se vean acompañadas de un coro de abucheos y de protestas callejeras.  El amigo de Valencia se merece todo esto y mucho más.

El puente inútil

Se cumple medio año desde la accidentada inauguración del puente de Batoy, una construcción que costó 1,7 millones de euros. Transcurridos seis meses, surge una pregunta sin respuesta: ¿utiliza alguien esta carísima pasarela?.  Aunque no hay estadísticas ni  estudios fiables, la simple observación nos indica que la utilidad de esta obra es más que discutible y no justifica de ninguna manera el montante de la inversión. Estamos ante un puente construido pensando en el futuro bulevar, un puente que tras la suspensión de este proyecto ha perdido todo su sentido. Dinero público tirado alegremente a la basura en medio de una brutal crisis económica. ¡Bienvenidos al manicomio!.