Ana Mato, la ministra de ébano, reina en todos los periódicos y en todas las teles de país. Mientras tanto, en Alcoy, la Conselleria de Sanidad da por oficialmente cerrado el último brote de legionela y el juzgado admite a trámite la demanda contra las elecciones de la Asociación de San Jorge.
Vergüenzas y sospechas
El viejo edifico del colegio de las Paúlas del centro sigue ahí para recordarnos que hubo un tiempo no tan lejano en el que las promotoras inmobiliarias hicieron con este país lo que les salía del bolo. Vergonzoso papelón del arzobispado de Valencia, que en su día decidió sacarse unos eurillos especulando con un inmueble, que la Iglesia había recibido como una donación gratuita destinada a beneficiar a todos los alcoyanos. Fantasmal actuación de la empresa que compró el caserón con el objetivo de construir en él un geriátrico de lujo, que desde un principio se perfilaba como un proyecto descabellado. Comprometida situación de unos ayuntamientos que pensaron construir en esta manzana una gran biblioteca pública y que al final, tuvieron que conformarse con mirar cómo caían los cascotes. El diario Información anuncia que la concejalía de Urbanismo ha obligado a los propietarios a rehabilitar la vieja escuela, con el fin de evitar problemas graves de seguridad. En el aire flota la sospecha de que detrás de tanto despropósito hay una operación especulativa diseñada a largo plazo.
Superpija
Pasan los días, los periódicos y las teles se llenan de detallados informes sobre las causas de la dimisión de Ana Mato, pero no hay ningún periodista que se haya atrevido a ir directamente al grano del asunto: averiguar las misteriosas razones por las que fue nombrada ministra de Sanidad. Provoca escalofríos el mero hecho de pensar que este Gobierno está presidido por un tipo capaz de creer que esta megapija, que no puede articular dos frases comprensibles en público, está cualificada para tomar decisiones sobre algo tan importante como la salud de millones de españoles. Acaba, entre aromas de corrupción, la triste historia de una de las últimas representantes del sector bronceado del PP. Impagable la parodia de Joaquín Reyes en el Intermedio, en la que la “ministra de ébano” afirma indignada “¡todos me tratan mal, por que soy negra. Puto racismo!”.
El supermercado
En principio, Compromis lo tiene todo. Esta coalición es un supermercado ideológico muy bien surtido, en el que hay sectores de izquierda capaces de disputarle el espacio a EU y a Podemos, nacionalismo valenciano de toda la vida, alas moderadas que se acercan a los postulados centristas de CiU y estrellas rutilantes como Mónica Oltra, que es sin ningún género de dudas el personaje más destacado que ha generado la política valenciana en los últimos años. Aunque la variedad de esta oferta es un buen gancho para el electorado (así lo muestran todas las encuestas), también presenta sus aspectos negativos. El proceso previo a la elaboración de las candidaturas electorales, con las consiguientes primarias, se está complicando, empieza a generar fuertes tensiones y saca a la luz importantes divisiones internas. Intentar pescar votos en todas las aguas políticas es una práctica que tiene sus riesgos.
Amigos y familiares
Sales a la calle y en los escaparates de los comercios aparecen pegados innumerables carteles en los que se anuncian conciertos, representaciones teatrales, presentaciones de libros, inauguraciones de exposiciones de pintura y todo tipo de mesas redondas y de conferencias. Te fijas un poco y descubres que en muchos casos coinciden las fechas, que hay días en los que la oferta cultural alcoyana superpone hasta cinco citas distintas a una misma hora. La primera impresión te lleva a alegrarte por el presunto estado en efervescencia que vive esta ciudad. Si analizas la cosa con más profundidad, acabas pensando que no puede ser buena tanta competencia. Vivimos en una ciudad de 60.000 habitantes, en la que el número de personas que acude a actos culturales está estabilizado y apenas atraemos a público de la comarca. Conclusión lógica: buena parte de estas actividades culturales se celebrará con un aforo semivacío, con amigos y familiares haciendo bulto. ¿Para cuándo un Consejo Local de Cultura, que ponga algo de orden en este desbarajuste y que permita rentabilizar los encomiables esfuerzos que se hacen desde las diferentes entidades locales?.
El gran camelo
El brote de legionela número 17 se acaba mediante la aplicación de los principios básicos del Teorema de Fava: igual que estic, estava. La Conselleria de Sanidad cierra oficialmente la enésima oleada epidémica y reconoce que es incapaz de encontrar el foco que provocó los últimos 11 contagios. La sensación de que los alcoyanos estamos siendo víctimas de un gran camelo sanitario permanece instalada en nuestro inconsciente colectivo y habrá que esperar al próximo brote a ver si hay “más suerte”. Alcoy y todas sus autoridades siguen aceptando con inexplicable resignación cristiana esta tomadura de pelo bacteriana, que deja la salud y la imagen de la ciudad a la altura del betún.
Ahorrar despilfarrando
La Generalitat se ha gastado 230 millones de euros en Canal 9 durante el primer año de cierre. El gobierno de Alberto Fabra bate todos los records de incompetencia y demuestra que es capaz de despilfarrar el dinero público hasta cuando quiere ahorrar. Conviene recordar que el apagón de la radio y de la televisión autonómica se justificó desde una improbable política de austeridad. En la memoria de todos están declaraciones del estilo “preferimos cerrar una tele antes que un hospital”. Pregunta tonta: ¿Cuántos hospitales se podrían haber construido con 230 millones de euros?.
Demanda
Tras un breve periodo de paz festera, vuelve el lío. El juzgado admite a trámite la demanda en la que se pide la anulación de las últimas elecciones en la Asociación de San Jorge. La maquinaria judicial se ha puesto en marcha y se espera una sentencia relativamente rápida para un conflicto que puede provocar grandes conmociones en el mundo de la Fiesta