La semana empieza inevitablemente protagonizada por las reacciones sobre los resultados de las elecciones del domingo. Son días de sumas, de restas y de extrapolaciones. La actualidad también viene marcada por la aprobación de los presupuestos municipales y por la desaparición política de un viejísimo conocido de la política alcoyana: Rafael Blasco.
El verbo extrapolar
La extrapolación se ha apoderado del debate político alcoyano. La clave está en coger los sorprendentes resultados de las elecciones europeas y trasladarlos a un hipotético salón de plenos. El que va más lejos es David Abad, portavoz municipal de Compromis, que plantea en un arriesgado artículo de opinión la posibilidad de que Alcoy tenga un gobierno en el que no figuren ni el PP ni el PSOE, los dos partidos más castigados durante la jornada del domingo. Aunque está claro que casi un 55% de los votantes alcoyanos le han dicho no al bipartidismo, la gestión política de este porcentaje resulta muy complicada, ya que en él, además de las fuerzas progresistas (EU, Podemos y Compromis), figuran formaciones claramente inclinadas a las derecha, como UPyD y Ciudadanos. Tampoco sería sencillo un futuro entendimiento entre Compromis y EU, dos partidos que llevan casi dos años tirándose los trastos a la cabeza en el Ayuntamiento con una furia digna de mejor causa. Y para acabar, una pregunta ¿de quién está más cerca EU: de los planteamientos ideológicos del PSOE o de los de Compromis?. Premio gordo para el que la acierte.
Altruismo o cuerda
A pesar de los negros presagios, el presupuesto municipal sale adelante gracias a las abstenciones del PP y de Compromis. La versión oficial califica esta postura como un gesto altruista y conciliador, destinado a evitar que la gestión de la ciudad se vea bloqueada por unas cuentas prorrogadas. Los de la versión extraoficial son más crueles y aseguran que al dúo PSOE/EU la oposición le ha proporcionado unos cuantos metros más de cuerda para que siga ahorcándose en el último año de la legislatura. Ni que decir tiene, que los tres tránsfugas sedanistas le han dado su apoyo más entusiasta a la propuesta presupuestaria municipal. La duda ofende.
Entre todos la mataron
Nadie entiende nada. Tras la negociación del presupuesto con Compromis, el gobierno municipal anuncia que se paraliza el proyecto de museo de la industria en Rodes, sustituyéndolo por la propuesta nacionalista de hacer un parque tecnológico en la zona. A los dos días, el alcalde dice prácticamente lo contrario y señala que no se ha tomado ninguna decisión definitiva sobre la posible ubicación de estas infraestructuras. Reacciona Paco Blay con un comprensible tono de mosqueo y le recuerda al primer edil su compromiso inicial, sin el cual los presupuestos no se habrían aprobado. Llegan los detectives al lugar de los hechos y su diagnóstico es contundente: “Estamos ante un caso típico de entre todos la mataron y ella sola se murió”. Continuará.
El hombre del túnel
Necrológica precarcelaria para Rafael Blasco. El hombre de goma de la política valenciana se va al trullo por su mala cabeza (y por sus peores hechos) y es un buen momento para recordar sus relaciones con Alcoy. Durante su etapa socialista, este Fu Manchú de Alzira fue uno de los principales defensores del túnel de la Carrasqueta, que habría llevado la autovía Alcoy-Alicante por Xixona. Por fortuna para los habitantes de la Foia de Castalla, la iniciativa se quedó en nada, ya que de haber prosperado habría dejado a la comarca juguetera fuera del mapa de las comunicaciones. Blasco fue también el dirigente autonómico que intentó torpedear el Plan ARA desde la Conselleria de Obras Públicas, convirtiendo este proyecto alcoyano en un frente de su particular guerra contra Joan Lerma, que al final le dio su apoyo a la propuesta de José Sanus. Precisamente, el ex alcalde socialista fue uno de los testigos estrella de la Fiscalía en el primer juicio por corrupción contra Blasco. En aquella ocasión se salvó por los pelos. En ésta, todo parece indicar que no, aunque con este incombustible personaje nunca se sabe.
Cascotes
El fuego hace su particular y siniestra aportación al inexistente plan de recuperación del patrimonio industrial de Alcoy. A primera hora de la tarde del jueves, un incendio arrasa tres naves abandonadas de una empresa textil ubicada debajo del puente de San Jorge. La gestión de nuestro inmenso legado de arqueología industrial pronto va a dejar de ser un problema para esta ciudad. La razón es muy simple: al ritmo que van las cosas, en unos pocos años ya no quedará nada para rehabilitar y sólo habrá que preocuparse por la retirada de cascotes.
Lumbreras
Alberto Fabra lleva un par de semanas cortando cabezas en su equipo de comunicación. Tras la dimisión de Lola Johnson después de su imputación por irregularidades en la RTVV, llega ahora el cambio de portavoz del Consell. Los alcoyanos que asistieron al delirio de las tres últimas visitas del presidente a la ciudad ya venían sospechando que esta gente no eran precisamente unos lumbreras. Exponer a un gobernante a los abucheos seguros del público en tres ocasiones consecutivas no es, desde luego, un buen sistema para cuidar su imagen. Con amigos como estos, Fabra no necesitaba enemigos.
Un atracón cultural
Es la semana de la Mostra de Teatre. Un breve paréntesis anual en el que Alcoy respira por los cuatro costados ambiente teatral. Son días atípicos, en los que se comentan estrenos, se hacen planes para poder ver varias funciones en una sola jornada y en los que cada espectador hace su particular crítica de las obras que ha visto. Es un agradable atracón cultural, que precede a una larga temporada de inactividad, en la que el verano y las vacaciones congelan cualquier tipo de iniciativa.