Siguen los líos festeros en una semana marcada por los calores tropicales. En materia de infraestructuras, no damos pie con bola: nos niegan un servicio de lanzadera con la estación del AVE de Villena y nos vuelven a contar por enésima vez el cuento de la variante de Benigánim como solución a los problemas del tren. Toni Francés arrasa al sector crítico del socialismo alcoyano.

Tirar la toalla
No se sabe en qué momento exacto de su historia reciente Alcoy decidió tirar la toalla de la cultura de verano. Mientras en otras localidades de tamaño y características parecidas se han ido montando con más o menos éxito festivales veraniegos al aire libre dedicados al rock, al jazz, a la música clásica o a todo a la vez, en esta ciudad ha ido languideciendo año tras año una programación de mínimos dirigida a un público estrictamente local, en lo que supone una renuncia a la posibilidad de atraer visitantes foráneos durante el periodo estival. Ayuntamientos alcoyanos de todos los colores políticos han coincidido en admitir que entre julio y septiembre somos una ciudad muerta. En un tristísimo acto de resignación, nadie ha hecho nada por romper este estado de cosas y se ha renunciado a actividades que en otros lugares están generando vidilla cultural, proyección hacia el exterior y un turismo de calidad. Disponemos de lugares perfectos para este tipo de eventos veraniegos, también tenemos una infraestructura musical notable y a pesar de todo eso, nada. Un misterio.

El culo del mundo
Sigue la cruzada para que seamos el culo del mundo por los siglos de los siglos amén. A pesar de haberlo prometido entusiasmada durante una inauguración, la consellera de Transportes anuncia que se ha descartado definitivamente un servicio de autobuses lanzadera entre Alcoy y la estación del AVE de Villena. La ilustre dirigente autonómica afirma que el proyecto no es rentable e insta a los habitantes de estas comarcas a tomar la línea regular para coger después el tren rápido en la estación de Alicante. Una puntualización: si el sufrido viajero coge el autobús que hace el recorrido por los pueblos de la Foia de Castalla, invertirá casi más tiempo en el viaje a la capital de la provincia que en el trayecto a la capital de España. A la consellera sólo le faltó rematar su respuesta parlamentaria con aquella españolísima frase que dice que “el que sea feo, que haga los recados de noche”.

El enigma del alcalde
El primer pulso del sector crítico del PSOE alcoyano se salda con una contundente victoria de Toni Francés. El alcalde arrasa a los de Carles Esteve y Amando Vilaplana, dejando muy claro que no hay quien le tosa y que él será de cartel para los próximos comicios municipales. Francés es un gran enigma político, un dirigente socialista instalado en una permanente paradoja: su habilidad para ganar asambleas del partido es directamente proporcional a su capacidad para obtener resultados electorales horribles. En las últimas elecciones municipales obtuvo el peor balance de votos de la historia del PSOE local y ante las próximas, las encuestas no le anuncian ninguna maravilla. He aquí un hombre que triunfa entre los militantes socialistas, pero que tiene enormes dificultades para hacerse querer por la ciudadanía (léase los votantes). La política alcoyana sigue estando muy rara.

Cuestión de ritmos
En un magnífico reportaje titulado “El calvario de la mujer en las Fiestas”, el periodista Mario Candela relata en el diario Información la larga y complicada historia de la integración femenina en los Moros y Cristianos de Alcoy. Leyendo este texto exhaustivo y detallista, se llega a la conclusión de que toda la polémica se circunscribe a una cuestión de ritmos. Han transcurrido 17 años desde el paso al frente de Nuria Martínez y todavía no ha salido ninguna escuadra femenina en la Primera Diana ni en la Entrada. Han pasado 17 años y la mayor parte de las filaes exige la autorización del marido o del padre para que las mujeres puedan vestir el traje femenino. Para muchos, resulta escandalosa esta desesperante lentitud, con su correspondiente acompañamiento de agravios sexistas, que rompen todos los preceptos de la igualdad constitucional. Otros consideran que las cosas van demasiado rápidas y afirman que en una celebración con siglos de Historia los movimientos se han de dar con prudencia y meditación. De momento, van ganando por goleada los partidarios de la parsimonia.

Extrañas experiencias en la playa de Piles
Pasear por Piles o Bellreguard durante los meses de julio y agosto es como dar la vuelta a los puentes en un mes normal. La única diferencia es que uno ve a la misma gente, pero en vez de llevar un elegante traje azul marino o un jersey de pico, llevan bañadores o bikinis y exhiben sus barriguitas cerveceras o sus estómagos lisos de gimnasio. Es un experiencia extraña, que miles de alcoyanos superamos todos los veranos sin excesivos traumas. Los habitantes de esta ciudad somos unos veraneantes tocados por la bacteria del gregarismo y nos sentimos más cómodos tomando el sol junto un compatriota, que rodeados de gente que habla raro. Algún sociólogo tendría que hacer una tesis doctoral sobre ese tema tan espinoso.

Material de relleno
La comisión de seguimiento del tren Alcoy-Xàtiva analizó el proyecto de la variante de Benigánim en una reunión celebrada el pasado día 3 de junio. Hasta aquí, todo correcto. Sin embargo, uno acaba cabreándose cuando recuerda que esta puñetera mejora ferroviaria lleva casi veinte años dando tumbos por los cajones de la Generalitat sin convertirse nunca en realidad. Cuando un periodista le pregunta a algún dirigente del Consell por la línea férrea, éste le contesta pegándole el rollo de la variante de Benigánim. Así llevamos casi dos décadas. Hemos visto pasar cuatro presidentes del Consell y un número indeterminado de consellers de Transportes sin que se haya producido ni el más mínimo avance. Nos hallamos ante el clásico tema de relleno, utilizado por los políticos para salir de las situaciones incómodas; o lo que es lo mismo, para decir algo cuando no tienen absolutamente nada que decir.

El principio
Nos vendieron que la ola de dimisiones en el Casal de Sant Jordi era el final de una batalla festera. La realidad empieza a demostrarnos que esta afirmación estaba muy equivocada. A la vista de los últimos acontecimientos (como la carta de los Berberiscos), está claro que nos encontramos ante el principio de una virulenta guerra en la que volverán a enfrentarse los diferentes sectores de la gran familia festera. Estamos, más o menos, donde siempre y nadie parece tenerla varita mágica para acabar con esta lucha eterna.