La semana discurre bajo la terrible amenaza del nuevo coco meteorológico: la ciclogénesis explosiva, que es algo parecido a la marabunta de Charlton Heston pero sin hórmigas . El textil refunda su feria y se va a Madrid para promocionar sus productos. Los monólogos de la alcoyanía vuelven a llenar el Teatro Principal y los “enteraos” anuncian una grandiosa temporada de setas.

Con la música a otra parte
Los textiles del hogar eligen Madrid como escenario para resucitar su feria y seguir con su lucha por un  lugar al sol de la nueva economía. La decisión está cargada de lógica: durante años, el sector recibió en Valencia un trato infame y por si esto fuera poco, la institución ferial valenciana se transformó en una auténtica cueva de escándalos y de chanchullos durante la etapa del PP. Los empresarios textiles deciden irse con la música a otra parte y hacen muy bien en buscarse nuevos espacios para la promoción. La obligada fuga textil es otro daño colateral del proceso de desindustrialización al que fue sometida la Comunitat Valenciana por unos gobiernos emperrados  en el ladrillo y en los eventos.  Algún dirigente del nuevo Consell debería tomar nota de este suceso singular: uno de los pilares de la industria manufacturera valenciana se ve obligado a emigrar para buscar plataformas adecuadas en las que vender sus productos al mundo. Algún dirigente del nuevo Consell debería empezar a buscar fórmulas para invertir la tendencia.

Un cuento meteorológico
Los directores de los telediarios habían entrado en un callejón sin salida. Su siniestro plan para convertir la información meteorológica en una película de terror había embarrancado ante la falta de material nuevo e impactante. Grandes éxitos como la  gota fría habían perdido todo su fuelle inicial y apenas asustaban a las masas. De repente, se produjo el milagro y llegó la salvación resumida en dos palabras: ciclogénesis explosiva. El concepto lo tenía todo: un sustantivo incomprensible con amenazantes resonancias bíblicas (ciclogénesis) y un adjetivo rotundo (explosiva)  que no dejaba ninguna duda sobre las cualidades catastróficas del fenómeno.  A partir de ahí, todo fue coser y cantar. Las teles habían encontrado un nuevo monstruo climático y podían centrarse en el cumplimiento de sus tres objetivos principales: desinformar, sembrar el pánico y confundir la gimnasia con la magnesia. Los directores de los telediarios fueron felices y comieron perdices tras conseguir que los incautos televidentes salieran cada mañana de sus casas cagados de miedo, sin saber si se iban a enfrentar a un  violento tifón tropical o a una simple tormenta de final de verano. Y colorín colorado este cuento meteorológico se ha acabado.

Hacer unas risas
Uno de los principales problemas de los alcoyanos es nuestra tendencia a sobreactuar cuando discutimos sobre el pasado, el presente o el futuro de nuestra ciudad. Nos cuesta muy poco caer en la grandilocuencia, en la desmesura y en un dramatismo pasado de rosca. Los grandes debates locales aparecen siempre rodeados por un solemne aderezo de grandes palabras y de conceptos altisonantes, en los que cada uno de los bandos parece estar jugando una trascendental partida a vida o muerte. Ante esta deformación de nuestro carácter colectivo, los especialistas aconsejan un único remedio: hacer unas risas. El ciclo de Monólogos de la Alcoyanía, promovido por el Teatro Principal, es una perfecta representación de un nuevo género escénico, que podríamos calificar como “teatro medicinal”. Durante unos días, Alcoy se ríe de sí mismo a teatro lleno. Estamos ante una saludable terapia de grupo con la que queda demostrado que los habitantes de esta ciudad somos capaces de echarnos unas carcajadas hasta con los temas más sagrados e intocables.

Selección de personal
Una concejala sevillana se muda a vivir a Chicago y le pide a su Ayuntamiento que le costee los viajes de avión para poder asistir cada mes a los plenos municipales. Esta insólita petición convierte a la edil en noticia nacional y hace que mucha gente se plantee la misma pregunta que se plantearon muchos alcoyanos al ver a Jorge Sedano sentado en el salón de plenos convertido en un apóstol de la regeneración democrática: ¿Quién es el responsable de la política de selección de personal en el partido de Albert  Rivera?.

Setas
Dicen los expertos que se nos viene encima una temporada de setas grandiosa.  Una mágica combinación de lluvias y de soles hará aflorar este otoño algunos de nuestros instintos más atávicos. Comerse una cosa que uno ha recogido con sus propias manos en la sierra es un placer inigualable, que provoca la salida al monte de miles de alcoyanos dispuestos a deslomarse con tal de llevar a sus mesas un platillo de setas salteadas con longanizas. Empieza la carrera por el mágico “roglet”. En muy poco tiempo nuestras carreteras comarcales se convertirán en un rosario de coches aparcados y no habrá pinar que se libre de esta versión autóctona y modesta de la fiebre del oro.

Jugar fuerte
Ensayo general con público de la obra “Rèquiem” de la Dependent. La gente sale impactada por un espectacular montaje, que se sale de todos los parámetros habituales del teatro valenciano. La compañía alcoyana ha jugado fuerte y ha abierto una nueva vía llena de riesgos y de expectativas de futuro. Resulta reconfortante el esfuerzo realizado para ofrecer un producto cultural de altísima calidad, que puede presentarse sin ningún tipo de complejo en los foros escénicos más exigentes. Tres actores en estado de gracia y una escenografía innovadora y sugerente consiguen el milagro: una obra de teatro de gestos atrapa al espectador y lo envuelve en una historia llena de impactos visuales y de instantes de humor negro.

Fachas
Una de las peores herencias de la etapa del PP en la Generalitat Valenciana es ese rosario de teles de ultraderecha que llena nuestra sufrida parrilla televisiva. Se concedieron licencias a auténticos mastuerzos, que compensan sus escuálidas audiencias con una furia dialéctica digna del mismísimo Atila. Los avances del proceso independentista catalán han subido las temperaturas de estos foros fachas, en los que los tertulianos compiten a la hora de ver quién la dice más gorda. La justicia persigue, con toda la razón del mundo, a concejales de izquierdas por sus exabruptos en internet, pero nadie parece reparar en este inmenso estercolero televisivo en el que cada día un grupo de siniestros tipos engominados se salta a la torera los principios más básicos del respeto democrático.