La semana empieza con una dramática incursión de la ciudad en la crónica negra y acaba entre incendios forestales y sonidos de helicóptero sobre nuestras cabezas. EU anuncia que ellos no romperán el pacto de gobierno y la Font Roja se queda sin agua los lunes a causa de la omnipresente sequía.

Crónica negra
La noticia de la joven madre que tras el parto mató a su bebé y que luego lo tiró a un contenedor de basura coloca a Alcoy en la crónica negra de todos los telediarios nacionales. Ante situaciones como ésta y al margen de los detalles escabrosos del caso, uno se queda con la terrible sensación de que han fallado todos los filtros. La terrible historia protagonizada por esta chica de 18 años nos confirma que hay ocasiones en las que no funciona ninguna de las alarmas previstas en el sistema social preestablecido: ni las familiares, ni las educativas, ni las sanitarias. Hay grandes zonas de sombra, por las que de vez en cuando se nos cuelan los peores dramas personales.

Bochorno
La epidemia de ébola en África provoca de rebote uno de los debates más sonrojantes que se recuerdan en un país especializado en debates sonrojantes. La izquierda burra critica que se haya trasladado a España a un religioso afectado por la enfermedad, denunciando trato de favor y señalando no se sabe qué extrañas maniobras político/religiosas. La derecha burra contesta que el rojerío comecuras habría aclamado el traslado de cualquier “perroflauta” perteneciente a una ONG laica. Mientras tanto, los telediarios intentan rebañar audiencia en pleno verano a base de generar alarma social, contando todos los detalles más truculentos de una crisis sanitaria que afecta a unos países escandalosamente pobres y olvidando que otras dolencias, como la malaria o el paludismo, matan cada año a millones de personas. Bochorno.

Presagios
Nos habían dicho que el verano de 2014 tenía todas las papeletas para convertirse en n verano negro para los incendios forestales. La puñetera realidad se encarga de confirmar hasta los peores presagios. Alcoy lleva una semana entre humos y ruidos de helicóptero. El fuego de Sotarroni arrasa 22 hectáreas de la Mariola y el de Gormaig genera situaciones de muy alto riesgo. La sensación general es que de momento nos vamos librando de la catástrofe, mientras crece el sentimiento de que cualquier fallo de coordinación o cualquier fatal casualidad pueden provocar un desastre de grandes proporciones, sólo comparable al vivido durante aquel lejano 1994.

La carrera de la sombrilla
Ocho y veinte de la mañana en el paseo marítimo de Miramar. Ante los accesos a la playa se arremolina una pequeña multitud de ancianos cargados con sombrillas, sillas y hamacas. Una brigadilla de policías municipales intenta contenerlos y hay momentos en los que la tensión y las discusiones suben de tono, faltando muy poco para que la gente llegue a las manos. A las ocho y media, los agentes dan vía libre a los veraneantes y se inicia una lenta pero loca carrera por la arena para ver quién coge el mejor sitio para colocar trastos. Un cuarto de hora después, en el límite del mar hay una interminable muralla de sombrillas y de sillas vacías, que esperan a que sus ocupantes lleguen allá a las doce del mediodía. La gente está loca y en vacaciones…también. La histeria no descansa ni en agosto.

La Font seca
Cada lunes, la Font Roja deja de hacer honor a su nombre y se queda sin agua. La persistente sequía y la masiva afluencia de visitantes durante el fin de semana dejan sin reservas el depósito del que se aprovisiona el más emblemático de los parajes alcoyanos. Unas cuantas preguntas con mala leche: ¿qué pasaría si esta misma situación se produjera con un hotel en el corazón del parque natural?, ¿qué harían los huéspedes de este establecimiento de lujo cuando llegara el lunes y no pudieran ni ducharse? y ¿qué cara se los pondría a los promotores políticos de este proyecto, destinado a convertir Alcoy en una potencia turística?.

Fantasmas de tercera
Nuevas historias del manicomio valenciano. La empresa que dirige el aeropuerto fantasma de Castellón (promovido por un político que está a punto de entrar en la cárcel) le entrega graciosamente 660.000 euros al equipo de fútbol de la capital de la Plana en concepto de patrocinio. El “emblemático” club milita en el “reñidísimo” grupo sexto de la Tercera División, está en suspensión de pagos, le debe 2,3 millones a Hacienda y 420.000 euros a la Seguridad Social y a pesar de eso, es cumplidamente recompensado por nuestras instituciones. Para perpetrar esta dantesca estupidez ha hecho falta la colaboración entusiasta del Ayuntamiento de la localidad, de la Diputación Provincial y del mismísimo presidente de la Generalitat. Cambian los nombres y cambian las caras, pero sigue la locura.

Por nosotros no va a quedar
En declaraciones a Radio Alcoy, Paco Agulló anuncia que Esquerra Unida no tiene ninguna intención de romper el pacto de gobierno municipal. Las afirmaciones del primer teniente de alcalde se podrían resumir con la frase “por nueve meses que quedan de legislatura, por nosotros no va a quedar”. Después, Agulló se mete en una complicada disquisición sobre líneas que se pueden cruzar y líneas que no se pueden cruzar. Si Dios y el proyecto de La Canal no lo impiden, el dúo PSOE/EU agotará sin más novedades este extraño mandato en el que 9 concejales gobernaron un ingobernable salón de plenos antes una oposición compuesta por 16 ediles. Han sido cuatro años de concesiones y de tensa convivencia. Se llega al final sin excesivos entusiasmos y en un ambiente de resignación general. Todo muy tristón.