Alcoy es diferente. El alcalde que nos legó el desastre millonario y manifiestamente ilegal de la Rosaleda, que asistió impertérrito a los sobrecostes y a los dobles pagos del Calderón, que fue cómplice entusiasta de la chapuza de Serelles, que pagó con fondos municipales unos juzgados que no se pueden utilizar y que favoreció de forma descarada al grupo Ortiz (perejil de todas las salsas corruptas del PP valenciano), se enfrenta en plena campaña a la “terrible” acusación de haber utilizado el móvil corporativo municipal cuando se marchó del Ayuntamiento para preparar la candidatura de Ciudadanos.

Millones de euros se han despilfarrado en obras dudosas, millones de euros se tendrán que gastar en el futuro para corregir la herencia de un primer edil, que se reengancha a la política bajo bandera de conveniencia y que se debe estar partiendo el pecho de risa al contemplar como su antiguo partido –el PP- intenta envolver con el “escandalazo” de unas miserables facturas telefónicas al hombre que hipotecó una ciudad entera con proyectos que se han convertido en un paradigma del desgobierno y de la priorización de los intereses privados sobre los públicos. El triste sainete de las acusaciones telefónicas contra Jorge Sedano es un digno final para una legislatura municipal inclasificable, en la que la política alcoyana ha descendido a las más profundas simas de la incoherencia y del disparate.

La amnistía aplicada sobre la herencia de los gobiernos de Sedano es, sin ningún género de dudas, el episodio más oscuro e intragable del mandato municipal que ahora termina. Los componentes del gobierno PSOE/EU todavía no le han dado a la opinión pública un explicación convincente de porqué sus partidos no denuncian en Alcoy las irregularidades del PP que sí están denunciando en Valencia, en Alicante y en un gran número de localidades de la Comunitat Valenciana. Los socios de la coalición de izquierdas no han dado ningún argumento de peso para justificar su renuncia a exigir responsabilidades por unas actuaciones que les saldrán carísimas a todos los ciudadanos y que ellos han despachado con cuatro declaraciones amenazantes y con cuatro maniobras jurídicas chapuceras exclusivamente destinadas a cubrir el expediente. Tampoco han informado públicamente de los motivos que les han llevado a descartar cualquier intento de ejemplaridad y a abrir un enorme espacio de impunidad, del que se están beneficiando políticamente (¡y de qué manera¡) las cabezas pensantes de la anterior corporación. Si la campaña electoral de los partidos valencianos de izquierdas se basa en la denuncia sistemática de los escándalos del PP; la campaña de sus compañeros alcoyanos se basa en el absoluto silencio sobre estos asuntos, que han quedado lavados para siempre con el cambio de color político en la Casa Consistorial.

La pregunta es inevitable. ¿Por qué se descartan desde el gobierno municipal unas acciones incluidas en sus compromisos electorales de 2011, que podrían contribuir a moralizar la vida pública y que además le podrían proporcionar réditos políticos?. Sólo hay una respuesta a este misterio: la candidatura de Jorge Sedano con Ciudadanos se ha convertido en una de las principales garantías de que esta ciudad seguirá gobernada por una coalición de izquierdas en la próxima legislatura. El desgaste del PP a manos del ex alcalde, que hallará su expresión en el número de ediles que Sedano sea capaz de arañar el 24-M, es un elemento de vital importancia en el diseño del mapa político para el futuro, en el que la derecha puede verse laminada para un larguísimo periodo de tiempo. Esto es política de la mala en estado puro: el gobierno de izquierdas cambia sus principios morales por el plato de lentejas de su continuidad y de su consolidación en el poder. Dios escribe recto con renglones torcidos, el fin justifica los medios y los enemigos de mis enemigos son mis amigos, aunque para ello sea necesario hacer la vista gorda ante tropelías que ofenden a cualquier persona con el más mínimo sentido de la ética pública.

A la vista de que a nadie le interesa mover este avispero, hemos llegado a una situación aún más delirante. El único partido que se ha decidido a hurgar en serio en las irregularidades de la era Sedano ha sido una UPyD desesperada, que se enfrenta al imparable ascenso de Ciudadanos en todas las encuestas y al riesgo real de no obtener representación en el salón de plenos. Por estos extraños rebotes del destino, la bandera de la regeneración ha quedado en manos de un personaje tan atípico y tan políticamente dudoso como David Sabido, que se ha limitado a pedir algo tan lógico como que la Fiscalía investigue el papel del ex alcalde en los dobles pagos del Calderón y en el nuevo palacio de justicia. El partido magenta traslada a Alcoy el mismo modus operandi que utilizó en el caso de las tarjetas black de Bankia, en el que la renuncia del resto de las formaciones políticas le dejó con todo el protagonismo en la lucha contra la corrupción.

Puede que la absolución de los gobiernos de Sedano y la conversión del ex alcalde en un socio extraoficial del gobierno de izquierdas sean dos grandes aciertos de estrategia, que permitirán a los partidos progresistas seguir controlando el poder en Alcoy. Sin embargo, es importante tener claro que el dúo PSOE/EU está pagando un precio altísimo por este apoyo, ya que con su actitud le está diciendo a la ciudadanía que en política todo vale y que hasta las peores fechorías de un gobernante son negociables si éste nos proporciona algo a cambio. Es, desde luego, un extraño camino para llegar a la tan ansiada regeneración de la vida pública. Es un atajo peligroso en el que resulta fácil perderse, ya que en él se difuminan hasta desaparecer las líneas que definen las fronteras de la moralidad.