Cuenta la leyenda que cuando Napoleón Bonaparte estaba seleccionando a alguno de sus subordinados para el cargo de general, lo primero que preguntaba era si el aspirante era un tipo con suerte. De Toni Francés se podrán decir muchas cosas, pero nadie podrá negar que es un hombre con suerte y con unos magníficos reflejos para aprovechar las ocasiones que la diosa fortuna le depara. Se encaramó al sillón de alcalde con el peor resultado en la historia del PSOE alcoyano, gracias a un aumento general del voto de izquierdas. En su segundo mandato la división del voto de derechas entre el PP y Cs fue clave para que pudiera seguir en la Alcaldía. En el tercero le pasó justamente lo contrario, el egoísmo autodestructivo de Podemos y de Guanyar mandó a las urnas una izquierda dividida e hizo posible el ascenso del PSOE, que ha podido gobernar con una tranquilidad propia de las mayorías absolutas. Colocado ante esta cuarta legislatura, Francés se encuentra nuevamente con un panorama externo muy favorable: el primer partido de la oposición, el PP, defenestra cruelmente a su anterior candidato y coloca como aspirante a la Alcaldía a un absoluto desconocido, que presenta como única credencial ser amigo de Carlos Mazón; los nuevos mandos del PP provincial alcanzan con esta jugada un grado de incompetencia difícil de explicar, ya que de una sola tacada consiguen frustrar las expectativas positivas generadas por el evidente desgaste del gobierno socialista y por la desaparición de Ciudadanos, afrentando de paso a un político brillante y prometedor, como Quique Ruiz.
Además de ser un político hábil e inteligente, Toni Francés tiene en su curriculum otra cualidad, que está más cerca de los terrenos de la parapsicología que de los de la política: cada vez que se acercan unas elecciones, todos sus contrincantes empiezan a cometer disparates y a comportarse como si fueran tontos del haba. Nunca falla, cuando Alcoy entra en año electoral, los socialistas se ponen en plan campaña de toda la vida, mientras el resto de partidos del arco parlamentario se comportan como un mono con una ametralladora.
A ocho meses de las próximas municipales, la cosa pinta más o menos como siempre. Tras perder las elecciones a secretario provincial del PSPV y quedarse (aparentemente) sin pasaporte para la política autonómica, Toni Francés opta a la reelección mientras el resto del universo político alcoyano se desmorona a sus pies, dejándole el camino perfectamente despejado. A la escabechina mazoner del PP, hay que añadir la marcha de un personaje del peso de Sandra Obiol que obliga a Guanyar a improvisar un candidato de circunstancias, la desaparición vergonzante y vergonzosa de Podemos, la incertidumbre en torno a una posible candidatura conjunta de izquierdas, la insistencia de Compromis en mantenerse en la irrelevancia, la caída de Ciudadanos en el abismo, la posible aparición de candidaturas independientes de esas que sólo sirven para quitarle votos al PP y la perpetua incógnita de Vox. Esta situación se podría resumir en un dato muy significativo: las dos personas que mejor oposición le han hecho a Francés a lo largo de este mandato municipal –Quique Ruiz y Sandra Obiol- no se sentarán en el salón de plenos durante la próxima legislatura.
El alcalde de Alcoy vuelve a situarse en el centro de una gran paradoja política. Tras una legislatura en la que ha sufrido un importante desgaste, concurre a las elecciones con el convencimiento razonable de una nueva victoria e incluso se permite aspirar a la que sería su primera mayoría absoluta. Los socialistas alcoyanos hacen esfuerzos para disimular la euforia, conscientes de que a su derecha y a su izquierda no hay nada. La próxima campaña electoral empieza a tener cara de paseo militar para un PSOE que no tendrá que responder por los numerosos errores cometidos durante los últimos tres años, ya que enfrente tendrá un grupo de recién llegados, poco conocidos para la opinión pública y con escaso o nulo conocimiento de los detalles de la política local.
Volviendo al arranque de este análisis, hay que llamar la atención sobre un dicho de la sabiduría popular que está cargado de verdad: la suerte es para el que la busca. Toni Francés ha realizado un considerable esfuerzo para conseguir estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. Mientras el resto de los partidos se apuñalaban por un puestecito en las listas, el alcalde ha mantenido la paz en las filas socialistas y ha transmitido a la calle una imagen de tranquilidad interna. Desde hace 11 años, a la derecha y a la izquierda del PSOE alcoyano se suceden las bochornosas peleas de protagonismos y medros personales, en una situación que hay que interpretar como un gesto de desprecio a los intereses de Alcoy y de los alcoyanos. Frente a este guirigay, Francés ha conseguido mantener una propuesta sólida y los electores se lo han recompensado.
Aprovechar las debilidades del contrario es un recurso lícito para conseguir la victoria. En el caso concreto de la política alcoyana, las debilidades de los contrarios al PSOE son tantas, que para describir las perspectivas de Toni Francés ante la próxima cita electoral sólo cabe recurrir a una frase castiza relacionada con el deporte del billar: así se las ponían a Fernando VII.
Misma forma de pensar es a mismas personas…tiene matices pero excelente foto. Gracias.