Pido disculpas por la brusquedad del titular de este artículo, pero es que esta pregunta vengo haciéndomela, tal cual, palabra por palabra, desde hace un tiempo. Concretamente, me la planteo cada vez que salta a la opinión pública alguna cuestión de trascendencia sobre la que hay que tomar una decisión firme y contundente. Porque, en esos casos, lo siento mucho, pero no se hace nada de nada.
No pretendo ser reduccionista, ni mucho menos. No diré que no sirva para nada ni que no tenga una serie de funciones que se realizan correctamente, porque no es así. La Asociación de San Jorge organiza la venta de sillas para la entrada, los concursos literarios y de dibujo, los actos del Mig Any y, por supuesto, los de la Trilogía festera, lo cual no es moco de pavo, entre otras muchas cosas.
Pero, de un tiempo a esta parte, se les han abierto unos cuantos frentes a los que no se les da solución. Asuntos que van a resultar polémicos, ya que, se decida lo que se decida, resultará imposible satisfacer a todas las partes implicadas. Precisamente por ello, he destacado en el párrafo de introducción dos palabras: trascendencia y decisión. Porque cuando se ha tratado de decidir sobre algo realmente trascendente, no lo han hecho, sino que se han lavado las manos descaradamente, dejando toda la responsabilidad en otras entidades o asociaciones. ¿Ejemplos? Ahí van unos cuantos.
1. El calendario festero: un tema que venimos arrastrando desde hace mucho tiempo. ¿Qué ha hecho la Asociación? Traspasar toda la responsabilidad al Ayuntamiento (aunque es cierto que legalmente es responsabilidad suya), pero sin presentar una propuesta clara y concreta al respecto. Y todavía andamos en esas, sin saber en qué fechas se celebrarán, por ejemplo, las fiestas del próximo año (aunque todos intuimos qué pasará)
2. La integración de la mujer: en repetidas ocasiones han manifestado que están a favor de avanzar en esta cuestión, pero a la hora de la verdad, han dejado toda la responsabilidad en manos de cada una de las “filaes”. ¿Quieren demostrar que de verdad quieren propiciar un avance auténtico en este aspecto? Pues lo tienen muy fácil. El próximo año organizan también una “Gloria femenina” (bien el mismo día que la masculina, bien en otro), en la que una representante de cada “filà” desfile con el traje femenino que ya lucen en Fiestas. ¡Toma golpe de efecto!
3. El alardo: cada año hay más problemas con la pólvora. Los festeros tenemos que andar a escondidas, tanto para recogerla, como para llevarla encima el día del disparo. Casi estamos obligados a ir escondiéndonos de las autoridades, como si fuésemos delincuentes. Para postre, se trata de un acto que gusta a un porcentaje de festeros muy reducido, el resto hace todo lo posible para no participar. En mi “filà”, por ejemplo, estamos obligados a participar en el alardo a todos los festeros que tengamos escuadra en el ejercicio siguiente. Si no disparas, no hay escuadra. Y, así y todo, la participación no supera la treintena de personas. Y si hablamos de público… pues tampoco es que sea un acto multitudinario. Vale. En la Plaza de España sí que se congregan unos cuantos espectadores, pero poco más. El resto de personal procura buscar todas las traviesas posibles para no cruzarse con el estruendo. ¿Cuál es la solución que se da desde la Asociación? Mirar para otro lado, y proponernos a los festeros unas cuantas trampas y triquiñuelas para burlar los controles. Pues vaya. ¿Qué alternativas hay? Así, a bote pronto, se me ocurren varias: recortar el recorrido, eliminar el alardo de la tarde o plantear un acto en el que solo disparen las “filaes” de cargo. Pero, claro, a ver quién toma una de esas decisiones, que la tradición es la tradición y cuesta mucho de cambiar.
4. La retreta: otro acto “perseguido” por las autoridades y cada vez con más problemas. Y, de nuevo, ha tenido que ser el Ayuntamiento quien ha acudido al rescate para proponer una solución que lo salve de una muerte más que anunciada. ¿Qué pasará este año? Pues no se sabe, pero yo me temo que se trate de un parche temporal que, simplemente, alargue un poco más la agonía de este acto. ¿Tan difícil sería suprimirlo definitivamente y buscar una alternativa? ¿Por qué no se plantea la posibilidad de hacer algo nuevo?
5. Y, por último, el “súper tema” de estas fiestas: la deuda económica que tiene una escuadra especial del pasado año con su banda de música (y, por lo que se comenta por ahí, con mucha más gente). ¿Alguien ha leído u oído alguna opinión oficial de la Asociación de San Jorge? ¿Qué han hecho? De nuevo, nada. Bueno, miento. Sí que han hecho algo. Colgarle el problema a la “filà” respectiva, la cual a su vez, se lo ha pasado al diseñador de la escuadra. ¿Acaso es la primera vez que sucede algo así? ¿Cuántos casos conocéis de cargos que han dejado por pagar cantidades indecentes de dinero? ¿Y de gente que se ha llevado el montepío de su “filà”? Igual sería ya momento de profesionalizar todo esto, y llevar un control directo de la economía de cada una de las “filaes”, sobre todo en los años de cargo, para garantizar que se paga a todo el mundo, evitando dar la lamentable imagen que se ha dado en este caso.
En lugar de “coger el toro por los cuernos” y afrontar de una vez por todas los temas anteriormente nombrados (y otros que me dejo en el tintero), llevamos unos años en los que se ha cambiado recorrido de la Diana no sé cuántas veces, hemos pasado también de arrancar ese mismo acto en el Ayuntamiento a hacerlo en la acera de enfrente y, este año, deshacer esa medida, pero cambiando el lugar donde termina. Otra decisión importantísima que se ha tomado es si las “filàs” pueden o no girar la escuadra delante de los balcones de los cargos… Es decir, “asuntillos” muy menores comparados con todo lo que de verdad habría que hacer. Por todas estas cosas es por lo que yo me pregunto… ¿para qué coño sirve la Asociación de San Jorge?
Enrique Peidro es fester de fulla.
