Al margen del fenómeno nacional de la debacle del bipartidismo, las elecciones europeas nos dejan un mensaje local perfectamente definido: en medio de una fuerte crisis económica y de una zozobra política general, los alcoyanos han optado por la izquierda. Si extrapolamos a unas municipales los resultados de los comicios de este domingo, el resultado sería una corporación en la que las fuerzas progresistas tendrían un dominio absoluto y en la que la suma de los ediles del PSOE, EU, Podemos y Compromis (algunas estimaciones la sitúan en torno a los 17) nos daría una mayoría casi insultante frente a una derecha muy debilitada formada por el PP con el más que probable apoyo de la UPyD.
Aunque trasladar a la escena municipal las cifras de unos comicios europeos es un ejercicio arriesgado y con unos enormes márgenes de error, el balance final del 25-M nos dibuja un mapa político que debería invitar a todos los partidos a hacer una reflexión. Las tendencias mostradas en esta atípica jornada serán analizadas por todas las formaciones políticas y marcarán la estrategia a seguir en el año escaso que queda hasta las próximas municipales.
El gran perdedor de esta noche es, sin ningún género de dudas, el Partido Popular. De una sola tacada, las huestes de Rafa Miró pagan una larguísima lista de cuentas pendientes: la política de recortes del Gobierno central, el desastre general de una Generalitat cuyo presidente se empeña en venir a Alcoy para que lo abucheen, la violenta fractura interna del partido en la ciudad y la indefinición de la nueva dirección local, que todavía no ha decidido quién será el candidato a alcalde. Los populares pierden más de 5.000 votos y se sitúan en torno a unos hipotéticos seis concejales, con los que retrocederían a niveles de representación propios de sus peores años del pasado siglo.
Tras perder más de 6.000 votos, los socialistas alcoyanos sólo pueden consolarse esgrimiendo una pírrica victoria electoral. El partido puede optar por dos salidas. La primera consiste básicamente en seguir dándole vueltas al calcetín de las estadísticas, sacando pecho por ser la fuerza más votada, para ofrecer una lectura positiva poco creíble (las extrapolaciones señalan que se quedarían en los actuales 7 concejales). La segunda salida pasa por abrir un periodo de sincera autocrítica para encontrar el motivo que justifique sus continuados retrocesos electorales. La recogida de los votos de los descontentos del PSOE se ha convertido en la primera industria política de Alcoy y sin ella serían inexplicables las espectaculares subidas de EU y de Podemos.
La gran triunfadora de la noche es, sin ningún género de dudas, Esquerra Unida. Esta formación experimenta un fortísimo aumento de votos y recupera el puesto de tercera fuerza política local con cifras que se acercan a los 5 concejales, convirtiéndose en la principal beneficiaria de los votantes arrepentidos del PSOE. Sin embargo, el ambiente de euforia general no debería impedir que los responsables de este partido de izquierdas hicieran un detallado análisis sobre la fulgurante aparición de Podemos. Un partido recién creado y sin ninguna infraestructura local se convierte en la cuarta fuerza política del arco alcoyano y se sitúa en torno a la hipotética cifra de tres concejales. Resulta inevitable hacer un poco de ciencia ficción barata: si EU y Podemos se hubieran presentado juntas a estas elecciones, la suma de apoyos las habría convertido en la fuerza política más votada de Alcoy.
En el capítulo de grandes misterios hay que situar los resultados electorales de Compromis. Los nacionalistas mejoran en votos pero caen desde el tercero al sexto puesto del ranking político alcoyano con una cifra aproximada de dos ediles. La noche del 25-M enfrió las expectativas de un partido que desde las pasadas elecciones municipales había asumido el papel de principal fuerza emergente. Los motivos no están claros: resulta muy difícil averiguar si la frustración de estas previsiones positivas se debe a causas estrictamente locales o a defectos en la estrategia general de la campaña. El misterio se agranda si se recuerda que Compromis protagonizó el mitin más espectacular y masivo del ciclo electoral alcoyano.
El balance se cierra con una UPyD que, con los resultados de estas elecciones, lograría entrar en el Ayuntamiento y situarse en torno a los dos ediles. El partido de Rosa Díez se convierte casi en el único agraciado por el descontento entre los votantes del PP, ya que Ciudadanos logró una exigua cifra de 799 votos que la dejaría fuera de este hipotético salón de plenos y que en el futuro se verá sin duda modificada por la posible presentación de Jorge Sedano como cabeza lista municipal.
Las extrapolaciones de los resultados de diferentes comicios son un puro ejercicio táctico, que en la mayor parte de los casos (y especialmente en las europeas) se ve corregido por importantes reposicionamientos del electorado. Sin embargo, el balance de este insólito 25-M nos confirma una tendencia de futuro que en muchos sectores de Alcoy ya se daba por cantada: un Ayuntamiento marcado por la fragmentación, con una clara deriva a la izquierda y con la obligación inaplazable de hacer un esfuerzo de negociación permanente.