Historia de las carreras por montaña
Inicios (1990-1999)
Las carreras por montaña en su inicio eran una adaptación de las rutas senderistas, que en la mayoría de ocasiones, alcanzaban altos picos de las diferentes cordilleras y casi siempre con distancias alrededor de 40 kilómetros; constituyó un hito la carrera del Aneto, que al principio, llegaba hasta la cima.
A causa de las distancias y dureza de las pruebas, la iniciación de los corredores jóvenes era demasiado difícil. Los mejores provenían del mundo del alpinismo, senderismo y/o escalada, y también de la bicicleta por montaña, más tarde empezaron a destacar también los corredores de carretera que mejor se adaptaban.
El ambiente era de gran compañerismo, de colaboración, incluso intercambiando bebida y comida en competición, a falta de normativa al respecto. Los ritmos no solían ser elevados, a causa de la dificultad técnica y de la aún precaria adaptación de los participantes, muchas veces acabar una prueba era una odisea, pues, aparte de todo lo anterior, algunas señalizaciones dejaban mucho que desear.
Consolidación (2000-2005)
Con la entrada del nuevo milenio llegó la consolidación de las carreras por montaña, empezaron a realizarse pruebas más cortas, contando también con categorías para los más veteranos y más jóvenes; como es el caso del Montcabrer con 19 km, originaria de 1999. Las carreras largas se tuvieron que adaptar a las quejas de algunos excursionistas y al aumento de participantes, excluyendo el ascenso a algunas de las cimas más míticas, evitando zonas altamente transitadas por turistas.
Empezaron a participar corredores más jóvenes, aunque muy pocos, pues la mayoría de pruebas eran aún demasiado exigentes, aunque sí que eran más adecuadas para aquellos entre 20 y 25 años. Empezó a realizarse la liga autonómica y la liga estatal de carreras por montaña.
El compañerismo continúo siendo la nota dominante, aunque la normativa ya impedía intercambiar comida y bebida. Los ritmos empezaron a incrementarse, especialmente en las carreras más cortas, la dificultad técnica, en la mayoría, ya no era tan elevada; esto permitió que la adaptación de los corredores provenientes del asfalto fuese más sencilla y rápida; los provenientes de la bicicleta por montaña dominaron esta época, aunque empezó a surgir una nueva generación de corredores por montaña ya desde su origen.
Aun así, los ritmos no tenían nada que ver con los actuales y entre los primeros puestos era habitual encontrar grandes minutadas de diferencia, muestra del gran desequilibrio técnico y físico existente en dicha época.
Adaptación al futuro (2006-2016)
Actualmente están surgiendo un gran número de pruebas nuevas. A pesar del gran aumento de la competitividad, el compañerismo y la amistad siguen siendo mayoritarios. Los ritmos de carrera se han incrementado de forma brutal e impensable tiempo atrás, existen todo tipo de carreras, con diferente dificultad técnica y física; la generación de corredores por montaña ya desde su origen se ha consolidado y han irrumpido con mucha fuerza los provenientes o los que complementan su temporada con el esquí por montaña.
Las pruebas organizadas o apoyadas por las distintas federaciones, a pesar de las demandas de los corredores, aún no se han adaptado suficientemente a las necesidades actuales; por lo que se debería y se acabarán realizando estas modificaciones:
– Establecer un sistema de puntuación racional
– Crear más categorías
– Crear una federación española y valenciana de Carreras por Montaña
– Unificar las carreras que organizan la federación de montaña y la de atletismo
– Organizar una mesa redonda sobre las carreras de montaña en el siglo XXI
– Contar con representantes de los corredores en las asambleas federativas
Una puntuación racional, para ligas con diferentes pruebas, donde para la clasificación hay que descartar una o varias de ellas, debería estar determinada por la contrastada fórmula:
(Tiempo del ganador en segundos) / (Tiempo de cada corredor en segundos) * 100
De esta forma se consigue reflejar en las clasificaciones el esfuerzo personal, la dureza de la prueba y otros factores de forma indirecta:
– El número de kilómetros de la prueba
– El desnivel positivo y negativo de la prueba
– La dificultad técnica de la prueba
– La meteorología del día de la competición
– La calidad de los corredores congregados
– El ritmo llevado el día de la competición por los mejores
Se deberían crear más categorías, permitiendo participar a personas de todas las edades, niveles, forma física y modalidades, con más promoción y a mejor precio, una democratización de las carreras. Se puede conseguir creando la licencia de prueba, destinada únicamente a categorías abiertas, que no optan a premios oficiales, pero sirven de promoción, sin necesidad de poseer la licencia federativa; y diseñando recorridos alternativos (más fáciles y sin interferir con el recorrido principal) para los que se inicien o tengan más edad.
La creación de una federación española y valenciana de Carreras por Montaña, permitirá abordar y tratar los asuntos relativos a nuestro deporte en profundidad, además ya se cuenta con un número de corredores suficientes para poder formar una gran federación. No existiría un aumento de costes para quien también practica escalada o senderismo, pues las federativas implican el pago de un seguro que, como tal, debería ser personal, así, una vez que un deportista ya tiene una federativa, incluso de orientación, atletismo o ciclismo, no debería volver a pagar por un seguro que ya tiene; así se podría establecer un pago mucho menor y sólo destinado a las actividades federativas, pero que no se perdería entre intermediarios y compañías de seguros. En definitiva, menor pago, más federativas, más recursos para las federaciones y mejora de los servicios.
Finalmente, la unificación de las carreras por montaña de la federación de montaña y las de la de atletismo en una sola, se conseguiría incluyendo carreras de diferentes características dentro de las diferentes ligas, además de realizar durante varias semanas un Campeonato de España con diversas modalidades (algunas ya existen):
– Ultra larga (más de 60 Km.)
– Larga (de 30 a 60 Km.)
– Media (de 18 a 30 Km.)
– Sprint (de 10 a 18 Km., fácil técnicamente)
– Km. vertical (de 3 a 4’5 Km. lineales)
– 100 metros verticales (de 300 a 350 m. lineales)
– Por equipos
El reto de organizar una carrera
No todos los lugares y épocas son buenos para realizar una carrera por montaña; es positivo que exista una gran variedad de terrenos, distancias, modalidades, fechas y requisitos técnicos, pero existen una serie de factores limitantes.
En primer lugar hay que procurar que el impacto sobre el entorno sea el menor posible, permitiendo que tras la carrera, el entorno quede más limpio que antes de ésta, además de recuperar sendas, evitando la erosión excesiva; en este sentido las pedreras son convenientes recorrerlas solo en sentido ascendente y si se utilizan para bajar deben de ser estables, en este sentido la carrera del Cabeçó d’Or en 2008 marcó un hito, por su impacto y peligrosidad al descender una pedrera deslizante, por lo que no se ha vuelto a repetir dicho circuito.
Otro factor decisivo es el impacto sobre la fauna de la zona, especialmente las aves, aunque se trata de limitaciones institucionales, pues la mayoría de veces se trata de pura hipocresía, pues no se entiende que 300 o 500 personas corriendo sin megafonía y sin salir de las sendas puedan ser más agresivos que muchos otros factores, como:
– La realización de violentas voladuras con dinamita, a poca distancia, para la realización de una línea de AVE, tan innecesaria, como absurda.
– La caza indiscriminada en muchos lugares, con total impunidad y con uso exclusivo para estos de bienes que son de dominio público.
– La circulación de motos de cross trucadas, incluso fuera de las sendas.
– La circulación indiscriminada de vehículos forestales en zonas de protección integral, donde más que la protección se busca la criminalización del excursionista-corredor.
También influye el factor denominado «por nuestra seguridad», que impide realizar pruebas o correr por la sierra con alerta 3 de incendios, incluso cuando el día anterior ha nevado en la zona o no existe un riesgo decisivo, como sería una concentración de vehículos aparcados en medio de una zona forestal; pues después de todo, un excursionista-corredor responsable lo que permite es evitar incendios y es mucho más razonable no dedicarse a perseguir y multar a personas inocentes, sino a controlar a una pequeña minoría de personas que siguen quemando rastrojos, o usando sopletes en obras pegadas a la sierra, entre otros.
En cambio, ahora sí, preocupándose realmente por la seguridad, apelando siempre a la necesaria responsabilidad y consciencia de cada persona sobre sus límites físicos y mentales, hay que minimizar el impacto de las altas y bajas temperaturas, las lluvias torrenciales, la nieve y el viento. Con el avance actual de las predicciones meteorológicas parece adecuado establecer un abanico de material obligatorio para cada prueba, de la siguiente forma:
– Publicación de las bases meses antes de la prueba con una muy amplia lista de material (comida y bebida incluidos) teniendo en cuenta la época y el sitio.
– Tres días antes de la carrera, con la previsión, se mantendría la obligatoriedad de todo el material o se descartaría parte de él.
– Finalmente, la noche anterior de la carrera o la mañana siguiente, mediante carteles, charlas y avisos en zona de dorsales, se establecería el material necesario final.
También resulta importante preparar y señalizar recorridos alternativos para casos de complicaciones meteorológicas extremas; así como planes de evacuación y rescate; y zonas de refugio adecuado para detener la competición si fuese necesario. Finalmente, hay que realizar controles de material, pero teniendo en cuenta, que no se puede controlar todo y, que lo importante es apelar a la consciencia del corredor, pues puede peligrar su vida.
Emili Sellés i Seguí, ha sido campeón autonómico de carreras por montaña en 2006 y 2007 y del vertical autonómico en 2016, ganador en 10 ediciones de la Pujada al Montcabrer y ganador de la Maratón de Tucas del Gran Trail Trangoworld Aneto-Possets en 2013, entre muchos otros premios.