En el variopinto universo de la moda alcoyana hay una prenda estrictamente local, que no tiene parangón en ningún lugar del mundo: el sueltito. No es un vestido, no es una bata para andar por casa, nos es una túnica romana y tampoco es un camisón. El sueltito es el sueltito y no se parece a nada.
Cuando una mujer alcoyana va una tienda de ropa y pide un sueltito, el dependiente sabe inmediatamente lo que debe servirle a su clienta: una prenda ancha, que le permita pasar los meses de calor con desahogo y frescura. Se opta por el sueltito por dos razones principales: por comodidad o para disimular los excesos de peso. Hay que subrayar dos datos importantes: los sueltitos son para al verano y sólo deben usarse en actos informales, como barbacoas con los amigos, viajes al super o visitas al chiringuito de la playa. No es aconsejable acudir con sueltito a una boda o un acto solemne, salvo que la señora en cuestión forme parte de las Supremas de Móstoles y vaya a actuar en el susodicho evento.
Aunque el sueltito nació como una prenda estrictamente femenina, con el paso del tiempo su uso fue extendiéndose también a los hombres. El cantante griego Demis Roussos, hombre de gran tonelaje y de voz pristina, fue un auténtico pionero en el uso de este invento alcoyano. Sus apariciones en la tele, ataviado con estas hermosas túnicas del tamaño de una tienda de campaña de las COEs, hicieron que muchos señores gordos vieran la luz y abrieran una nueva vía en la moda masculina. Gigantescas camisas hawaianas o camisetas de la talla 4XXXXL con la cara de Homer Simpson no son más que sueltitos disimulados, que permiten a los hombres obesos andar por el mundo sin tener que apretar continuamente sus enormes barrigas.
Gramaticalmente hablando, lo contrario de un sueltito es un vestido «entallaet».
Toda la razón que tienen ustedes. Mi marido y yo estamos gorditos y marcamos lorzas, pues bien, nos ponemos el “soltito” y se nos disimulan las mollas. Tenemos tres cada uno, de colores y lisos, para no padecer nunca. Es que…con las taritas y las servecitas, no tenemos solución. Está todo tan bueno…, mi madre nos riñe sin piedad: “aneu a rebentar, fotre”. Pero…tenemos vicio y comemos como una lima, y por eso necesitamos “soltito”. Ay!
Les dejo ya. Tengo los “garibaldinos” al fuego y se me van a quemar.
Sigo como una descosida todo lo que esctiben…soy adicta y muy fan.
Esta que lo es
Isabelita